Consuelo Madrigal, reconocida jurista y que fue fiscal general del Estado de 2015 a 2016, escribía recientemente en el diario El Mundo a propósito de la pandemia el siguiente texto, una motivación más para una ciudadanía activa:
La catástrofe social y económica encadenada a la crisis sanitaria y su desacertada gestión demandan una acción ciudadana más crítica y decidida, cuyas exigencias, a riesgo de generar tensión, contribuyan a la construcción de una ética pública que impulse la transparencia y la rendición de cuentas. Según Habermas, la disensión completa el ideal de ciudadanía democrática porque nuestra libertad comunicativa y nuestra agencia moral no pueden delegarse totalmente. Los logros en el terreno de la justicia y la libertad, siempre insuficientes y provisionales, no pueden quedar a merced de quienes ya han malbaratado la confianza de sus electores y defraudado a todos.
Suba, señora, a este Paraíso en el que al emperador se le puede decir que está desnudo.