A veces, la Nueva Inquisición, en su afán por silenciar la disidencia, arremete supuestamente en nombre de la libertad contra la libertad. Este es un titular reciente de un medio español: “La desinformación se atrinchera en Telegram. Sus grupos con más de 200.000 miembros y sus canales con usuarios ilimitados permiten volcar cualquier contenido sin filtro, al contrario que en Facebook o Twitter”. Es decir, que la censura, claro, está en estos dos últimos medios.
Suban a este Paraíso los medios que practican la libertad de expresión y de prensa y se defienden de los ataques indiscriminados de las plataformas de la cancelación.