Acertado y valiente estuvo el obispo de Málaga, Jesús Catalá, al pronunciarse sobre la nueva ley del aborto en España: «Un huevo de águila es ilegal destruirlo, un embrión humano es legal matarlo». Catalá reclama más apoyo a la familia y «libertad de enseñanza». Suba a este Paraíso, don Jesús, que necesitamos personas como usted que quieran oponerse al sacrificio de los inocentes.