Un discurso en positivo, y no amenazante, fue el de Albert Rivera previo a la investidura de Rajoy como presidente del Gobierno. Realmente, es el único partido que ha emitido señales de colaboración, aunque sean críticas, con el nuevo Gobierno, mientras que de los demás solo cabe esperar una oposición áspera y demonizadora. Esta es la política que PSOE viene practicando con PP desde al menos con Rodríguez Zapatero al frente. No parece que ésa sea una política responsable, beneficiosa para los intereses de la nación y acorde con un partido del siglo XXI. Por eso, Ciudadanos inaugura una nueva forma de hacer política. Pero, cuidado, el PP no tiene mayoría absoluta y debe gobernar con ese dato inscrito en sus neuronas -como en el Ayuntamiento y en la Diputación de Málaga, en esta última sí se tiene presente resultado-. El nuevo Gobierno no cuenta, ni podría ni debería contar, con un cheque en blanco, por algo no le han votado con la mayoría suficiente.