El terrorismo Yihadista como desafío para la seguridad europea - El Sol Digital
El terrorismo Yihadista como desafío para la seguridad europea

El terrorismo Yihadista como desafío para la seguridad europea

Curso de FGUMA y CIFAL dirigido por Pilar Rangel

En el marco académico de la Universidad de Málaga y de la nueva oficina local de la ONU, CIFAL, la Fundación UMA ha organizado un curso titulado ‘Nuevos desafíos en la lucha contra el terrorismo yihadista’. Se acaba de desarrollar en la sede de la Facultad de Derecho, bajo la dirección general de Pilar Rangel, profesora de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales  y experta en este tipo de terrorismo.

Si se toma en cuenta que el movimiento Yihadista está siendo derrotado militarmente en sus terrenos de operaciones, el peligro de atentados en Europa se acrecienta. Por una parte, con acciones individuales, los bautizados por la prensa como ‘lobos solitarios’, cuyas conductas son difíciles de detectar y prever, así como por células organizadas que realizan atentados a mayor escala. Asimismo, se cierne sobre la región el regreso de combatientes de origen europeo, que huyen desde los escenarios bélicos dispuestos a continuar con su ‘guerra santa’ contra Occidente. Ante esos desafíos y las formas de enfrentarlo, el referido curso cobra especial importancia, tanto por el tema analizado, como por los ponentes que han expuesto sus experiencias, tanto desde la legislación como del trabajo de los que combaten desde la investigación, seguimiento policial e inteligencia militar.

El curso destacó, en primer lugar, el marco normativo internacional y europeo. Es el de la legalidad, que obliga a los actores contra el terrorismo a actuar dentro de estrictos procesos judiciales. Es, desde luego, una lucha desigual. Mientras los terroristas se saltan todo tipo de convenciones; militares y policías tienen y deben atenerse a los márgenes que marcan las leyes locales, nacionales y los acuerdos internacionales que la UE ha suscrito.

En la primera intervención, la profesora Magdalena Martín Martínez, catedrática de Derecho Internacional Público y una autoridad en el campo de la normativa al respecto, explicó el historial  de las normas internacionales y europeas que rigen  el asunto. Apuntó que, sin olvidar que nos enfrentamos a un fenómeno con demasiadas aristas y complejo, es, y sigue siendo, una amenaza real y concreta. Se intenta en este curso compaginar las posiciones teóricas, académicas y legales, con el trabajo de los que están a pie de calle en esta lucha.

Distinguió los tres modelos que se vienen desarrollando en este combate, desde el llamado ‘clásico’ desde los años 90; el que se implantó a raíz de los atentados a las Torres Gemelas (11/S) de Nueva York, donde los EEUU y la UE colaboran y el tercero, a partir de la eliminación de Ben Laden, que la profesora definió como hibrido entre los dos anteriores. Desarrolló tales fases y aventuró la hipótesis hacia el futuro, en el sentido de continuar hasta la posibilidad de acabar con la amenaza terrorista. “Los juristas tenemos una sensación de fracaso. El derecho va a remolque de la sociedad. Llegamos tarde y mal”.  La impresión al final de su charla es que la amenaza está activa, que se avanza al conocer cada vez mejor al enemigo, pero que aún queda lucha por delante. No en vano, entre las recomendaciones del Foro para la Paz en el Mediterráneo, está recordar al maestro Sun Tzu, quien en su clásico libro, ‘El arte de la guerra’, recomienda, sobre todo, conocer bien al enemigo para poder vencerle.

Lo primero que se plantea, desde el punto de vista jurídico, es definir qué es el terrorismo. Cuáles son sus tipos. Es la base para poder dictar normas válidas para todo el mundo. Hay quien opina que tal precisión es imposible e, incluso, indeseable; para otros es imprescindible. Según Europol hay cuatro tipo de terrorismo: Yihadista, Separatista, Ideológico y Esporádicos u Otros. Eso se basa en quién ejecuta el acto mismo. Se refiere también a la amenaza a la soberanía del Estado, a las amenazas que ponen en peligro su permanencia. Se recuerda que a finales del siglo XIX esa definición se refería, casi exclusivamente, a la protección de Jefes de Estado o altas personalidades de los gobiernos. A partir de entonces esos actos se califican como terroristas y no políticos, pues esos impedían la extradición. Se recuerda aquí el caso Carles Puigdemont y la negativa de un Tribunal alemán a su extradición por ese motivo precisamente.

Tras numerosos intentos de las naciones del mundo por organizarse en este tema: Sociedad de Naciones, ONU, OEA, Liga Árabe o el de Francia por crear un tratado internacional, entre otras. Así como, la creación de comités de expertos para acordar qué es exactamente un acto terrorista. En 1937, falló el proyecto de una Convención, que nunca sesionó, aunque dio una definición: “Todos los actos criminales dirigidos contra un Estado con el propósito de crear un estado de terror en la mente de una persona, de un grupo o de la población en general”. Barack Obama, en medio del caso de la prisión de Guantánamo, planteó que la Corte Internacional se ocupara de esos delitos de terrorismo. Esa Corte se ocupa de genocidios, hechos de lesa humanidad, pero no de actos considerados terroristas. Y tenemos la Convención de Ginebra, que se enmarca en la protección de las víctimas en escenarios de guerra.

La profesora Martín transmitió la idea claramente: “La definición de terrorismo no se conjuga con la respuesta posible, por la disparidad en el terreno jurídico. En el marco de la UE ha sido posible avanzar debido a su unidad en el plano jurídico y policial. Sigue existiendo una fragmentación mundial del sentido legal para afrontar el terrorismo”. Lo que parece de imperiosa necesidad es que el Derecho internacional catalogue sin fisuras y con claridad lo qué es el terrorismo a nivel mundial.  Hay tres razones jurídicas para ello: 1) Respeto al principio de legalidad penal. 2) Marco jurídico internacional. 3) Castigo a los culpables y reparación a las víctimas.

Desde 1960 a 2005 se han producido 19 tratados en este campo. En los sesenta, etapa pre-yihadista, se hizo énfasis en la navegación aérea, extendida después a la marítima, toma de rehenes, vigilancia de los materiales nucleares, aeropuertos, explosivos plásticos, bombas y, la no menos importante, las rutas de la financiación del terrorismo, vinculadas al tráfico de drogas, mujeres y armas. Fue un primer modelo normativo internacional. Fijó lo que se ha llamado terrorismo clásico (relacionados con los Estados), basado en una lógica estatal, que apuntaba fundamentalmente a respuestas jurídicas represivas y sancionadoras. Pero aún no se había conseguido una verdadera contextualización del fenómeno terrorista.

Los EEUU han derivado por una versión particular de la actuación contra el terrorismo. Ellos buscan que sus acciones tengan legitimidad, aunque no sucedan estrictamente dentro de la legalidad. Se comenta el ejemplo del ataque a Siria de estos días. La ONU, que se amplió sustancialmente a partir del proceso de descolonización de la década de los cincuenta del pasado siglo, ha producido una ampliación de los procesos terroristas. Ahora hay más Estados soberanos, pero no existe una igualdad real en la práctica. El marco político es una cosa y otra el sociológico. En la ONU siguen teniendo el poder los Estados más fuertes. El Consejo de Seguridad legitima acciones bélicas, pero su legalidad es cuestionable. Sin olvidar, que hoy más que nunca, la acción de la opinión pública y publicada frena a los Estados en ocasiones. Los grupos sociales han cogido gran relevancia. Estos no tienen un marco regulatorio tan estricto como los Estados. Tal presión se agudiza en el ámbito del terrorismo. La ponente aclara, finalmente, en esta primera parte: “La acción de esos grupos es positiva, al mismo tiempo propicia una doble moral. En la parte legal se ha avanzado poco, pero en la práctica sí hay avances. En el ámbito político no hay freno, no así en el jurídico. Hay instrumentos políticos audaces, pero no bastan por sí solo”.

A partir del sorprendente atentado de Nueva York el mundo se asomó a la terrible declaración del autodenominado Estado Islámico (Daesh) de que habían iniciado y profundizado la ‘guerra santa’ a Occidente. Los cruzados, como sus enemigos íntimos e históricos. Para ellos, las Cruzadas nunca han terminado. Las alarmas de los servicios de Inteligencia se encendieron entonces y todavía no se han podido apagar. Tal amenaza supera y ha reemplazado todas las formas de terrorismo anteriores. El mundo polarizado hasta 1989 en el Eje Este-Oeste, ha sido reemplazado por el desigual Norte-Sur, una de las variables a tomar en cuenta en este auge del yihadismo, según los expertos que han intervenido en este curso. Sin olvidar, las profundas razones religiosas que esgrimen estos terroristas en nombre de Alá. La suspensión de aquella denominada Guerra Fría, ha planteado nuevos desafíos en el mundo. Uno de los cuales es el yihadismo, que ataca a Occidente como su objetivo preferente.

La URSS y el bloque prosoviético en Europa va desapareciendo a partir de la caída del Muro de Berlín. Se produce un vacío político de esa zona del planeta, mientras los EEUU fortalecen su papel hegemónico. Rusia recupera ahora su papel del líder que fue, sin olvidar el gigante chino, cuyo peso en la economía mundial es definitorio de nuevas relaciones comerciales internacionales, sobre todo para los mismos americanos, como para la UE. En la década de los noventa aumenta el terrorismo internacional. Es un arma de lucha de grupos radicales. El Consejo de Seguridad de la ONU se vuelve necesariamente más activo. Surge la idea, durante la administración de Ronald Reagan, del Eje del Mal. La UE y EEUU se acercan, hacen terreno común en esa amenaza terrorista. Se maneja la tesis americana de la guerra preventiva de acoso y derribo a ese Eje. Se propagan esos planteamientos en el libro ‘Choque de civilizaciones’ de Samuel Huntington de 1996. En su tesis, el autor distinguía una etapa de Guerra Fría y la posterior. Con las dos superpotencias los países se agrupaban bien como aliados, satélites, clientes, neutrales o no alineados. Ahora, las relaciones son entre Estados que pertenecen a distintas civilizaciones. Y los relaciona en Estados centrales, países aislados, escindidos o desgarrados. Tales relaciones serán necesariamente distantes o violentas. La confianza y la amistad entre los mismos serán difíciles o raras, afirmaba en su libro. La administración de los EEUU toma esa tesis como guía principal. Son los días en que implanta la idea de la defensa preventiva. EEUU deja a un lado el foro de la ONU y declara la guerra al terrorismo de forma unilateral, pero apoyados por sus aliados naturales e históricos. Aunque las tesis de Huntington se confirman, al analizar el intercambio de mensajes por Internet entre tales representantes de las diversas civilizaciones citadas por el autor, los adversarios han planteado el diálogo o alianza entre civilizaciones como vía hacia la coexistencia pacífica. Las acciones del Yihadismo no parecen estar encaminadas hacia esta paz.

La profesora Martínez afirma que la actual estrategia mundial contra el terrorismo está fundamentada en un enfoque estratégico más que normativo. En 2016, se acordó una acción para prevenir el terrorismo. Se basa en las causas, dando énfasis a la prevención y la penalización. Llegados aquí, la UE intenta crear un modelo alternativo a esa posición bélica directa de los americanos. Bajo el lema ‘Unidos en la Diversidad’, subraya Martínez, desde el Consejo de Europa (47 miembros) dan prioridad a la protección de los derechos fundamentales. Lucha contra el terrorismo sí, pero sin apartarse de los Derechos Humanos.  Se implementa mediante Codexter, donde participan todos los Estados europeos, incluyendo a los que no pertenecen al Club de la UE. Se sugiere aquí que se hable de lucha en lugar de guerra preventiva. Apuntan la necesidad de crear directivas con definiciones mucho más concretas. Ya se tiene un listado de personas, grupos y entidades, que se actualiza cada seis meses. En 2002 aparece el concepto de euroorden para agilizar la entrega de terroristas. Se sustituye así la extradición de acuerdo al listado citado.

En la UE se afirman los siguientes conceptos: Prevenir – Proteger – Perseguir – Responder y atenerse a las normativas al respecto.  Ahora se mira con especial atención a la radicalización y reclutamiento de terroristas. Y los combatientes retornados a Europa. Los dos modelos convergen a partir de 2012. EEUU se da cuenta de que su sistema no da los resultados que esperaban, tampoco el exceso de ‘buenismo’ europeo y unen estrategias. Se incrementa la coordinación entre ambas administraciones. Se guían por la afirmación de Barack Obama: “La guerra, toda guerra, debe tener una conclusión, un final”. Se van produciendo avances en los mecanismos de la ONU. En 2015, se crea el Plan de Acción para prevenir extremismos violentos. Asimismo, se van asentando los mecanismos en la lucha antiterrorista desde las instancias de la UE. La organización del intercambio de información ha sido un avance fundamental. Se ha incrementado el seguimiento del blanqueo de dinero. Así como la vigilancia de los movimientos del Crimen Organizado: Drogas, armas, personas. Se estima, informa la profesora Martínez, que hay 30.000 radicalizados en Europa. Y aunque cada Estado miembro de la UE traza su plan propio, la colaboración se ha hecho mucho más eficiente, se manejan agendas mutuas en cuanto a radicalización, retorno de combatientes; así como el seguimiento en la ayuda a las víctimas. La conclusión final es que en estos momentos vamos hacia un modelo único común. Hay que seguir mejorando el intercambio de información y la comunicación entre los servicios antiterroristas.

Hablan los policías de Información

También se escucharon a los ponentes de la otra parte del análisis del yihadismo, como son las voces de quienes se dedican a la lucha profesional desde las fuerzas policiales y militares. El inspector de la Policía Nacional, Sebastián Martínez, aunque se excusó por no poder desvelar detalles de su trabajo, que justamente funciona por ser secreto, dijo ser preocupante que la difusión masiva de noticias por los medios de comunicación creen un clima de inseguridad. No obstante, aportó cifras esperanzadoras. 2015, 12.000 muertos en el mundo por este terrorismo; 2016, 11.000; 2017, 13.000, aunque no se aprecia diferencias significativas, el porcentaje es que sólo el 0,4 por ciento ocurrieron en Europa occidental. Afirma que vivimos en un mundo seguro, pese a esas alarmas periodísticas. La tarea policial de Inteligencia tiene varias facetas, pero la colaboración ciudadana es fundamental. Las fuentes se multiplican: Secretaría de Estado de Seguridad, Policía Nacional, Locales, Guardia Civil, Prisiones, Extranjería. Desde el CITCO se gestiona toda la información que fluye sobre el terrorismo. El trabajo común tiene como objetivo frenar la escalada terrorista. Para el público hay un teléfono gratuito: 900 822 066. Toda sospecha es bienvenida. “Allí hemos recibido unas 1.000 llamadas efectivas que se investigan para establecer su importancia y gravedad”.

El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) tiene ahora una  nueva estructura. Se organiza en cuatro áreas fundamentales. Oficina Central Nacional Interpol. Unidad Nacional Europol. Oficina Sirene. Información de pasajeros, en Cooperación Policial y Aduanera. Nuestros principales colaboradores son sobre todo Francia, Portugal y Marruecos. Sobre la Comisaría General de Información, no se puede decir nada por el secreto de Estado. La labor de la CNP se basa en prevenir – proteger – perseguir – responder. Existen otros grupos además de los yihadistas, que aunque desactivados existen residuos: ETA, Grapo, IRA, grupos chechenos, anarquistas y ultras del deporte. A todos se les vigilan adecuadamente.

La actividad en  Internet (patrullaje en la RED) se ha incrementado. Por la RED se comunican y hacen propaganda de sus acciones, para reclutar, financiación, material, etc. El seguimiento en la RED no se puede desvelar, dice el inspector Martínez. Todo se hace bajo la legislación vigente. Los americanos a veces se la saltan. Pero nosotros no podemos. Pese a los diferentes sistemas, los que actúan son ellos (EEUU). Nosotros menos. El mundo está así porque alguien dio ese paso. El que manda es EEUU y da el primer paso siempre. El Sahel está así por Europa.  En la vigilancia informática hay agentes encubiertos. Para esa operación hay que tener autorización judicial. No se puede provocar el delito, porque un abogado ganaría el caso. Para Interceptar comunicaciones hay que darle al juez todos los puntos del procedimiento. Se hace captación y grabación orales. El juez precisa dar autorización para entrar en la casa, coche, etc. “Tenemos dispositivos informáticos para bajar la información en la NUBE. Podemos utilizar virus”. Para con tales procedimientos solo se puede acceder a datos por 80 días más otros 80, mientras se consiguen las pruebas. El año pasado se realizaron 51 operaciones con 84 detenidos, el 50 por ciento fueron acciones dirigidas por el CNP. “Vamos avanzando estamos encima de ellos y alertas”. Se toma en cuenta los grupos de dos o más. Captación, adiestramiento, finanzas. También el autoadiestramienton, el lobo solitario, combatientes extranjeros, captación, adoctrinar, enaltecimiento, apología.

En su turno como ponente, el inspector del CNP, Francisco José Bueno ofreció los siguientes datos: En España hay casi dos millones de musulmanes en 2017. De éstos, 90.000 en Málaga, la mitad de ellos con nacionalidad española. El terrorismo ha evolucionado desde la Yihad Global, Al Qaeda al Daesh. De unas células dispersas a órdenes de actuar en grupos o en solitario donde y siempre que se pueda. Daesh-Al Qaeda son sunitas y mayoritarios en el mundo árabe.  Esa comunidad tiene dos enemigos: los cercanos, que son gobiernos apóstatas y el occidental. El califa de todos los musulmanes es también el jefe del yihadismo. Al terminar la guerra de Siria pueden venir a Europa y están entrenados. Se han radicalizado en el territorio español, no es un problema grave ahora, pero podría serlo. La radicalización se produce ahora de forma muy rápida. Los occidentales son los enemigos y atentar contra ellos no es malo, es honorable, les convierte en héroes. Producen mucho material audiovisual de propaganda, más de 1.000 productos el año pasado. En la búsqueda de una identidad personal, el yihadismo radical se los da. Por identificación se radicalizan.

Los pilares de la lucha antiterrorista son: Prevenir, sobre todo la captación de nuevos terroristas. Proteger, disminuir nuestra vulnerabilidad. Perseguir, hacer frente a los terroristas. Vigilar la actividad en RRSS. Responder, para restablecer la normalidad. En estos individuos que se radicalizan desde sus vidas en Europa es usual tener y responder a un líder espiritual. La prevención es anticiparse. La dualidad policía judicial y servicios de inteligencia son fundamentales. Se consigue con la coordinación y cooperación permanentes. Todo se basa en obtener y cruzar la información.  Hay fuentes abiertas como Internet. SIS – Europol –Interpol. Servicios extranjeros. Institucionales/humanas (policía local, universidad, prisiones, servicios sociales, centros de acogida, etc.). Uno de los problemas que califica preocupante el inspector Bueno es la de menores recluidos, que son devueltos a la sociedad al cumplir los 18 años. Estos son posibles blancos de los captadores de mártires yihadistas. Como se ha señalado las investigaciones se frenan a veces en la judicatura. “Todas nuestras tesis hay que probarlas ante el juez”.

 

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