Vicente Almenara.- La pandemia ha venido a trastocarlo todo en la salud y la economía, pero en el urbanismo y la arquitectura el influjo es más débil. Ángel Asenjo es un reconocido arquitecto malagueño, con importantes proyectos en marcha de los que habla en esta entrevista. Asenjo y Asociados es su estudio, con 40 años de vida, lo que le concede una atalaya de gran interés para analizar el presente y qué futuro está llegando.
¿La pandemia puede facilitar nuevos espacios en las viviendas, más superficie?
Es muy difícil que las viviendas aumenten de superficie porque los costes aumentarán y entonces el mercado no lo soporta, pero lo que yo creo que se podía potenciar es lo que ahora llaman las amenities, que son los espacios comunes dentro de los edificios, de manera que haya un sitio donde poder tener algunas alternativas de convivencia y de ruptura del espacio de la vivienda, y eso es lo que yo creo que quizás sea algo que se va a imponer.
¿Y también más viviendas fueras de los centros urbanos?
Parece que también es una tendencia pensar en volver un poco a las viviendas en la periferia, viviendas unifamiliares, con jardín…, pero eso va un poco también contra los criterios de desarrollo que se están planteando, que es la ciudad compacta, que la ciudad tampoco puede ocupar indefinidamente suelo, porque los servicios son deficitarios al final y es muy difícil mantener una ciudad demasiado extendida.
¿Y estas tendencias que se apuntan han venido para quedarse mucho tiempo o esto es cambiante si recuperamos cierta normalidad?
Creo que estamos ante un problema médico, más que ante un problema urbanístico, es decir, que siempre que hay una pandemia o hay una enfermedad, siempre ha habido reflejo en la arquitectura, y yo creo que algo quedará, pero no de forma radicalizada, es decir, creo que más que nada es lo que te comentaba antes, de hacer unos usos de los espacios comunes de las viviendas, de reutilizar más la cubierta como espacio común, es decir, encontrar, a lo mejor, determinados hábitos nuevos que utilicen las zonas comunes de los conjuntos. Hay conjuntos residenciales que tienen una zona de jardín, unas plantas diáfanas, que se pueden reutilizar para crear espacios comunes, que propicien más la convivencia, yo creo que algo quedará.
¿Cómo se estaba comportando el mercado después de la crisis de 2008 y lo que significó?, en cuanto a construcción de viviendas, principalmente, en el sector residencial, en precios.
Bueno, yo creo que, con las nuevas tendencias de la arquitectura vamos a espacios cada vez más ajustados, y el criterio fundamental que se puede observar en la arquitectura posterior a la crisis es que los espacios de las viviendas se van ajustando cada vez más.
¿Y los precios?
Los precios empezaron más ajustados, pero creo que los costes de construcción son los que más han afectado y crecido. Entonces, en definitiva, eso repercute en el precio de venta y las viviendas van adquiriendo unos precios similares anteriores a la crisis, exceptuando algunos que se dispararon en aquel momento.
¿Es ya algo generalizado el tema de nuevos materiales y todo lo que tiene que ver con el desarrollo sostenible o esto camina muy lentamente en la edificación?
Creo que el hacer una arquitectura más sostenible, es una necesidad, no es un lujo. Entiendo que tenemos que ir haciendo una arquitectura más sostenible, donde haya reutilización de materiales, donde se utilicen materiales que estén en una economía circular, es decir, todas estas cosas yo creo que son algo que en la arquitectura tradicional se hacía a partir de esas determinaciones. Es volver a contemplar determinadas tendencias culturales que también han sido abandonadas un poco.
¿Y más allá de las viviendas, de la construcción residencial, se está haciendo algo interesante en nuestra provincia en otros planos por parte de organismos públicos, de fundaciones, instituciones, la iniciativa privada…?
Pues poco. Yo creo que en la construcción hay poco avance tecnológico, creo que tenemos que ir a sistematizar más la construcción, que eso llegará a producir la fabricación de elementos y una prefabricación parcial de la edificación. Creo que en ese aspecto seguirá evolucionando, pero lentamente.
¿Y su estudio qué proyectos de interés tiene en estos momentos, sobre qué está trabajando principalmente?
Pues, fundamentalmente, residenciales. En Málaga y en la Costa, quizás en Málaga más, estamos trabajando con Neinor, en Colinas del Limonar, y Hacienda Cabello, en Carretera de Cádiz con Flex, con Hábitat en el Paseo Marítimo, es decir, estamos trabajando con las grandes empresas y estamos haciendo proyectos que yo creo que son bastante interesantes, pero todo residenciales, apenas se hace nada terciario.
¿Se producen avances de la burocracia administrativa en la agilización de licencias, permisos, etc.?, ¿o estamos en la misma situación de siempre?
Muy poco. Hay una componente cultural, que es generacional, y es muy difícil. Hay una mentalidad de paralización, parece que el que para es el que lo hace bien, y el que agiliza parece que es frívolo, irresponsable, entonces es muy difícil ante esa cultura funcionarial, soy muy pesimista.