Entrevista con Eduardo de Teresa, médico y conferenciante - El Sol Digital
Entrevista con Eduardo de Teresa, médico y conferencianteEl doctor De Teresa durante su conferencia

Entrevista con Eduardo de Teresa, médico y conferenciante

V.A.- Eduardo de Teresa, doctor en Medicina y profesor de cardiología, recientemente jubilado, dio una conferencia, organizada por el Rotary Club,  el pasado día 11 en el Hotel Vincci Posada del Patio de Málaga bajo el título de Guerra, enfermedad y sexo. Con él hablamos minutos antes de su intervención.

¿Cómo explica el título de su exposición?

Pues es difícil de explicar. Yo no soy historiador, no soy experto en guerras, en enfermedades quizás un poco más, por mi profesión, pero soy muy curioso, y me gustan muchísimas cosas y, sobre todo, relacionar, y hay cosas que aparentemente no están conexas pero tienen relación, y en los movimientos que conducen a determinadas salidas en momentos históricos claves pues a veces han influido mucho cosas diversas que se interrelacionan entre ellas, yo he cogido estas tres, que son: la guerra, la enfermedad y el sexo, pero no son las únicas y, bueno, podíamos haber cogido otras, pero éstas son bastante ilustrativas. Además, incluso sin haberlo pretendido, en este momento en el que hay tanta preocupación por el coronavirus, es pertinente, porque las enfermedades producen consecuencias.

En otra época histórica, la peste negra asoló Europa, por ejemplo, ésta sería la enfermedad. Porque ha habido otras, la gripe aviar, etc., pero no han tenido esta dimensión en todo el planeta ni las previsibles consecuencias económicas que tendrá. El mundo está muy tecnologizado, pero nos puede afectar un bichito, un virus.

Sí, lo que pasa es que las formas de afectar las enfermedades son distintas según en quién se centren. La peste negra es un ejemplo paradigmático de lo que no es esta enfermedad. Afectó, fundamentalmente, a cuatro tipos de individuos, y a gente joven, que era lo que había en esa época, a mediados del siglo XIV, cuando no había muchos ancianos. Y eso hace que, con una mortalidad muy adulta, prácticamente la mayor parte de la gente que se afectaba moría. Los que no morían era porque no se habían infectado o porque habían padecido formas leves de la enfermedad, pero tenían resistencia genética a la enfermedad. En ese contexto, la peste negra lo que hace es una selección, matar a la gente que es sensible a la enfermedad y, sin embargo, preserva a los que tienen genes que le hacen resistentes. Y estos últimos, se los transmiten a sus descendientes, con lo cual la humanidad de ahora no es la misma que la que sufrió la peste negra. De hecho, sigue habiendo peste, el año pasado me parece que fue en la India, hubo muertos por la peste bubónica. Y claro, había quién pensaba que eran cepas distintas, una menos agresiva pero, sin embargo, cuando se han hecho análisis de cepas obtenidas de cadáveres muertos de la peste negra y de la actual son exactamente las mismas. Lo que ha cambiado no es el bicho, es que la humanidad ha sido seleccionada genéticamente por una cosa terrible, como es una enfermedad, y nos ha hecho distintos, nos ha hecho diferentes. Esta enfermedad, la mortalidad que produce es mucho menor que la de la peste negra, por supuesto, es mortalidad en gente mayor que tiene otras patologías, gente que ya no está tan fuerte. Los que se infectan porque son sensibles y los que no se infectan porque son resistentes, tanto unos como otros van a transmitir sus genes, con lo cual en este tipo de enfermedad no se hace una selección genética, es una cosa distinta.

Y en cuanto a la guerra, en otras épocas también las había, en el Viejo Continente, en Europa, incluso entre grandes potencias, ahora parece que está en la periferia, las guerras no afectan al Primer Mundo.

Sí, eso sería motivo de una charla que tiene que ver con la construcción de Europa. La historia de Europa ha sido una historia de una guerra civil permanente durante 500 años. Si empezamos a rastrear un poco, y mucho antes incluso, acabamos de salir como quien dice de la Segunda Guerra Mundial, 20 años antes fue la Primera Guerra Mundial, pero es que antes la raíz de esa guerra fueron otras. Europa siempre ha estado en guerra. ¿Por qué ahora no hay guerra en Europa? Por Europa, porque ciertos políticos que habían vivido las dos guerras mundiales se plantearon que esto no podía seguir siendo así, llegaron a la conclusión de que la única forma de que eso no volviera a suceder, porque la raíz de eso era el nacionalismo, era avanzar hacia una entidad política supranacional, que suplantara de una vez por todas las diferencias que hay. Ellos se dieron cuenta también, decía Jean Monnet: “Tenemos que avanzar hacia la unidad política de Europa, pero sin que los ciudadanos se den cuenta de ello, disfrazando cada paso”. Y eso es lo que hicieron, y con ese avance posiblemente el paso es más, digamos, permanente. Lo que pasa es que esa idea está empezando a aflojar. Primero, hay que construir un espacio político supranacional, y en segundo lugar, para que no haya tensión dentro de ese espacio político, hay que instaurar un mecanismo de solidaridad que permita que las regiones más ricas apoyen a las más pobres. España se benefició de eso cuando entró, ahora es justo que ella favorezca a las más pobres. Lo que ha pasado, por ejemplo en Cataluña, con el nacionalismo catalán es justo lo contrario, porque lo que pretende es hurtarse de la solidaridad con las regiones más pobres, es justo un ataque directo a la línea de flotación del proyecto europeo, y eso que pasa en Cataluña pasa también en otros países y regiones. Entonces, estamos en un momento que, por desgracia, como ha pasado siempre, la gente se ha olvidado, y se ha olvidado de lo que hemos construido y hemos conseguido gracias a una serie de sacrificios, no podemos dar por sentado que eso va a seguir estando ahí. La Constitución, la Transición, que ahora hay una serie de ignorantes y de irresponsables que ponen en cuestión, fue la que consiguió llevarnos a donde ahora estamos. ¿Qué es lo que pasa? Primero, tenemos una clase política que no nos la merecemos, lo siento, posiblemente haya excepciones, pero no nos la merecemos, no sólo porque no sean buenos políticos, sino porque no saben historia. Pero, sobre todo, tenemos una juventud que se educa en que ya todo está hecho. Es un momento preocupante porque cada vez que nos supera algo, los que disfrutan después de las consecuencias de eso tienden a olvidar cómo se ha conseguido y tienden a cometer los mismos errores que sus abuelos y tatarabuelos.

“La historia de Europa ha sido una historia de una guerra civil permanente durante 500 años”

Frente a la guerra y la enfermedad, que son destrucción y muerte, el sexo, el contrapunto.

Sí, a veces está relacionado. Tiene que ver fundamentalmente con enfermedades de transmisión sexual, por ejemplo, en la Primera Guerra Mundial hubo una serie de prostitutas francesas que contagiaron la enfermedad a batallones enteros del ejército alemán. Pero hay más ejemplos aislados, hay una curiosa distribución inversa en África del sida y del islam. En general, África del norte es fundamentalmente musulmán, justo donde el islam es prioritario es donde menos hay, y posiblemente eso tiene que ver con la religión, porque la religión en el islam es mucho más rigurosa o, por lo menos, mucho más que nosotros desde el punto de vista de las relaciones sexuales extramatrimoniales, y luego aparte de eso, por ciertas normas religiosas de higiene, o sea, que hay más implicaciones en todo esto y todo está relacionado.

Eduardo de Teresa El doctor De Teresa 

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