Vicente Almenara.- No hay sector empresarial o profesional que no sea competitivo, y es bueno que así sea para que el ciudadano pueda elegir y sobresalgan los mejores. El mundo del derecho no es ajeno a esta competencia y, como se pone de manifiesto en esta entrevista, la especialización es la mejor de las opciones. Hablamos con Fátima Cortés Leotte, del estudio jurídico Cortés & Martín Almendro, que nos cuenta su aventura profesional desde que dio sus primeros pasos en derecho de familia hasta hoy. Una vida profesional cargada de la responsabilidad de tomar decisiones.
¿Cuáles son los inicios de este despacho jurídico?
Empecé a trabajar en agosto de 1981, porque hice el examen de licenciatura y era un momento muy bueno justo cuando se había aprobado la Ley del Divorcio, por tanto, era un campo inexplorado para toda España y, evidentemente, el tema jurídico era muy interesante. Aunque empiezo a trabajar en agosto de 1981, realmente me colegio en noviembre de 1981. ¿Qué hago desde entonces?, pues preparar todo ese camino que parecía que se abría, y fue con un despacho de confianza, entré como pasante y vimos que esa era una opción. Desde 1981 a 1984 estuve muy volcada con el tema matrimonial y por mi carácter pensé que eso no era lo más adecuado para mí, y se me dio la oportunidad de que trabajara en el campo de los seguros. En ese momento, estaba Mapfre Seguros y había creado una sociedad que era Mapfre Andalucía y en el año 1980 había salido también la Ley de Contratos de Seguro, también era una buena oportunidad, ese comienzo con Mapfre es lo que realmente marcó la trayectoria de mi despacho hoy. ¿Por qué? Pues porque creamos en ese momento un departamento externo del tema de la gestión de las reclamaciones de cobros de responsabilidad profesional y desde ese momento hasta el día de hoy el bufete se ha volcado fundamentalmente en seguros y en responsabilidad profesional. ¿Qué ha pasado en los últimos quince años, aproximadamente?, pues que lo que era en un principio con Mapfre, ahora hay otras compañías de seguros que se han volcado en el derecho sanitario y nosotros nos hemos volcado en el derecho de construcción, pero fundamentalmente también el derecho sanitario y, a día de hoy, somos unos de los despachos reconocidos en toda la España sur en temas de defensa de la responsabilidad del profesional, defensa de los médicos, de los hospitales, de todo el personal sanitario, unido a las compañías de seguros. Trabajamos con las mejores compañías de seguros, nos han buscado para colaborar con ellos en todo lo que es Andalucía y Madrid, e incluso Canarias, unido a los grandes grupos hospitalarios que hay, aparte de los seguros privados que cada sanitario puede tener.
Despachos de esta categoría en España realmente hay muy pocos y en Andalucía menos, entonces nuestra característica es la defensa del profesional, somos abogados también del Colegio de Aparejadores. Defendemos al profesional en todos sus aspectos, aparejadores, inspectores de trabajo… en definitiva, tenemos una diversidad impresionante, luego tienes una vertiente interesante que es el asesoramiento en inversión relacionado con los fondos de inversión. Colaboramos con distintos fondos de inversión para ayudar a las empresas a su crecimiento, no solamente en España sino fuera de España, a eso tienes que unir que en esa vertiente internacional pues, evidentemente, como cónsul de Uruguay que soy hay opciones que, a lo mejor, no son tan fáciles de encontrar pero sí te dan una visión muy internacional de lo que las empresas buscan saliendo fuera de España. Ayudamos de dos formas a encontrar el partner adecuado, ayudamos a la empresa cuando necesita buscar ese socio que sea un fondo de inversión y que tiene un conocimiento muy específico en internacionalizar la empresa, además de inyectar capital, y dan toda su experiencia en salir fuera de España, ayudamos a los fondos de inversiones en distintos países a encontrar empresas que siendo muy buenas, que eso es fundamental, hay un momento en que necesitan a alguien más, por sus conocimientos, por su capital y en varios aspectos.
Ahora mismo, el despacho después de casi 39 años que cumpliremos a final de año se caracteriza por esos pilares básicos, la defensa del profesional, las compañías de seguros y lo que son las inversiones.
Estas especializaciones del despacho ¿han sido elegidas por vosotros o es el propio camino el que os ha brindado oportunidades?, podrían haber sido otras las opciones, ¿no?
Ciertamente, podrían haber sido otras, pero hay algún que otro momento crucial en la trayectoria. Evidentemente, nos marca el conocimiento de las compañías de seguro, cómo trabajan, empezando por Mapfre, como Zurich, compañías muy reconocidas, entonces es un momento en el que empezamos a trabajar con compañías de seguro que marcan un camino. Luego te marca otro camino, las distintas crisis económicas que hemos pasado durante esta época. Hay un momento, en el 2008 dijimos que nosotros solamente queríamos trabajar con empresas, no trabajamos con particulares, porque la empresa plantea su problema de una forma diferente a como lo plantea un particular, esa fue una decisión importante, es decir vamos a centrarnos en una línea porque lo sabemos hacer bien, porque sabemos tratar a la empresa, tratar al profesional y tratar a la compañía de seguro. Es verdad que el camino te va diciendo por dónde puedes ir, es verdad también que hay que tomar decisiones muy importantes en la estrategia del despacho y, gracias a Dios, a día de hoy nos han salido bien las cosas, son decisiones muy importantes las que hemos tomado, no trabajar para una sola compañía de seguros sino trabajar para varias, ir a las compañías especializadas en esa materia y olvidar otras. Por ejemplo, no llevamos accidentes de circulación. ¿Por qué?, pues porque las compañías de seguros que llevan accidentes de circulación tienen una mentalidad, mientras que las de los seguros a los hospitales tienen una mentalidad completamente diferente. Decidimos dirigirnos a los corredores de seguros que son, digamos, el intermediario perfecto, el que traslada las necesidades de una y otra parte para encontrarnos en la mitad del camino. En nuestro caso, estamos muy satisfechos de haber tomado estas decisiones. Saber que hoy tenemos un panel de pocos y escogidos clientes y contar con la confianza de ellos que, para nosotros, es fundamental.
¿Creen que la especialización es la tendencia al futuro y que los despachos más que ser generalistas deben especializarse para prestar un mejor servicio?
Estoy totalmente convencida de ello, hay un término que suelo utilizar mucho, un despacho multidisciplinar, y ese término no me gusta en absoluto porque es como cuando vas a un abogado de familia, tú puedes tener una primera impresión, si yo pienso que a usted le pasa esto vamos a hacer una serie de pruebas y después vamos a elegir al profesional que, de verdad, es el especialista y le va a resolver el problema, pues esto es igual. A un abogado cuando tiene un problema, que se te cae un edificio, por ejemplo, pues tienes que saber a quién vas a confiar tu defensa, o tienes un ginecólogo y, desgraciadamente, el niño ha fallecido en el parto pues tienes que saber muy bien a quien encarga su defensa. Por tanto, tienes que saber muy bien a quien le llevas un trabajo, esto conduce a los despachos boutiques, que gracias también hoy a la especialización de estos compañeros cada uno de ellos se va especializando en unas materias concretas, puedes ver, por ejemplo, en algunas guías que los despachos se especializan en determinadas materias. Hay que elegir muy bien tu camino y especializarte en una materia, de manera que tú seas el que más sabe de esto.
¿La competencia es fuerte en los sectores en los que están presentes o no la viven tanto porque la parcela está muy consolidada?
Competencia siempre hay, porque a la hora de elegir un abogado hay muchos criterios, no solamente tienes que saber más sino que tienes que tener fe en el cliente, tener un despacho montado que supla las necesidades que el cliente te va a exigir. Hay competencia y, evidentemente, siempre la habrá, hay temas en los que tienes más amistad con un abogado que con otro y, al final, apuestas por esta persona. En este caso ¿qué ocurre? Pues en nuestro caso lo que ocurre es que estamos intentando, por esa especialización, dejar la competencia al mismo rango. Tenemos menos competencias, quizá, que en otros sectores.
La plaza de Malaga en cuanto al ejercicio del derecho es especial, lo digo por la Costa del Sol, por los extranjeros que residen aquí. Sois casi seis mil profesionales en Málaga. ¿Cómo es el ejercicio de la abogacía?
En el ejercicio de la abogacía en Málaga antes te exigían colegiarte en la sede donde ibas a trabajar, ahora no lo necesitas, con lo cual cada colegiado que sale de la Universidad de Málaga pues suponemos que se colegia en Málaga y se queda a trabajar en Málaga, es una suposición, puede no ser así. Cuando nosotros montamos el despacho, la sede social se encuentra en Madrid ¿Por qué? Pues porque teníamos dos sedes, la sede de Málaga y la sede de Madrid, en Málaga se vive muy bien pero en nuestra especialidad no hay tantos asuntos como para determinar que solo vivo de esto. Nos dimos cuenta de que era necesario mantener la sede en Málaga porque aunque muchas empresas tienen su sede en Madrid o Barcelona, pues tienen abogados de asesoría jurídica interna, las grandes empresas, y los problemas no están en Madrid están en gran parte en Andalucía, porqué están en Andalucía esas otras empresas, porque Andalucía es una zona de crecimiento y Málaga de mucho más crecimiento. Hoy Málaga es el motor de Andalucía, todos lo sabemos, y no solamente en el sector del turismo sino en el sector de las tecnologías, por citar uno más, incluso hasta del turismo sanitario. Entonces nos planteamos que la sede operativa tenía que estar en Málaga , primero porque se vive muy bien pero, además, si queríamos defender el turismo sanitario por posibles negligencias médicas teníamos en toda Málaga y Costa del Sol en principio mayor concentración de profesionales en la materia, con lo cual, evidentemente, tenemos más de dos cadenas hospitalarias instaladas en Málaga y provincia y tenemos muchas clínicas y de cirugía plástica y todo esto suponía que era una buena decisión seguir en Málaga como sede operativa y atender desde Málaga a toda Andalucía, porque es verdad que tenemos competencia en Sevilla, por supuesto, pero siempre ha habido esta competencia entre Málaga y Sevilla, pero desde la sede de Málaga atendemos a Córdoba, Granada y Almería en muchos asuntos.
En el momento en que vivimos esta terrible pandemia, el derecho sanitario adquiere una especial relevancia, ¿cómo lo viven desde el despacho?
Ahora mismo, creo que los pacientes están más preocupados por el Covid que por otras cosas, entonces ¿qué ocurre?, pues que, salvo casos extremos, que también los tenemos, hay más reclamaciones hacia la medicina pública que hacia la medicina privada. ¿Dónde están las reclamaciones hacia la medicina pública? Pues no haber cumplido un protocolo determinado, derivación de pacientes si no hay camas, por ejemplo, o un error de diagnóstico, un retraso en el diagnóstico. Nuestra impresión es que vamos a tener un aumento de reclamaciones hacia el sector público en detrimento del sector privado, es la impresión que ahora mismo tenemos, esto no quiere decir que no existan otras reclamaciones, porque las hay, reclamaciones contra odontólogos, además de la cirugía plástica, por ejemplo.
¿Se refiere a las reclamaciones de los ciudadanos?
Claro, a reclamaciones de pacientes, entonces nosotros lo que hacemos es defender a la medicina pública, al profesional que trabaja en la medicina pública o defender al profesional que trabaja en la medicina privada.
¿Y esto tiene visos de ir a más o se estabilizará cuando baje la pandemia?
Yo creo que dos años los vamos a tener con estas reclamaciones, seguro, empezando porque las reclamaciones de este tipo necesitan de un periodo de un año para ejercitarse, salvo que les interrumpas el plazo y lo sigas renovando, entonces si la pandemia empezó en marzo del año pasado veremos si ahora se están haciendo reclamaciones que, seguramente, nos llegarán dentro de seis meses. En dos años veremos realmente el impacto que va a tener y va a ser tanto para las arcas públicas como para las compañías de seguros que aseguran esas responsabilidades de la Administración.
¿Qué reformas de tipo legislativo de la normativa en cuanto a los sectores en los que trabaja cree que son necesarias?
Todos los años acudo a unas jornadas que son las de derecho sanitario y que se celebran en el Colegio de Médicos de Madrid desde hace más de 10 años. Se habla con los profesionales, tanto del sector médico como del sector jurídico, de confeccionar, y ya está medio confeccionado, un baremo de indemnización de daños derivados de responsabilidad civil y profesional. Ahora mismo, tenemos un baremo de indemnización que es el que se aplica obligatoriamente para los daños derivados de accidente de tráfico pero, realmente, no hay ninguno para los derivados de la responsabilidad profesional, no es fácil, porque no es fácil confeccionar un baremo donde te indemnicen el daño moral de esa persona, por lo tanto es muy difícil. Hoy los profesionales que trabajamos en el sector tenemos que irnos al baremo de accidentes de tráfico que no es igual, la situación no es igual por mucho que sean causas de unas secuelas, la situación del dañado no es la misma. Es una norma que necesitamos y que algún día, espero, que se concrete. Y luego hay otra cosa fundamental como, por ejemplo, la de los protocolos internos de los hospitales públicos, que en cada Comunidad y en cada hospital hay uno, pero ¿por qué va a ser diferente el paciente de Barcelona que el paciente de Sevilla en el trato con la Administración o con el hospital público?, también creo que se debería unificar todo lo relativo al tratamiento del paciente. Existe una ley de autonomía del paciente pero hace falta que existan unos protocolos internos de cada hospital que estén unificados.