“A los malagueños no nos dejan que tengamos opciones de universidad privada en nuestra ciudad, a pesar de ser el motor de la economía andaluza”
Sergio Rodríguez Acosta.- Gabriel Arrabal, director de estudios y secretario general de EADE, es una persona convencida de su proyecto y trata de transmitirlo, orgulloso de la función que cumple este centro universitario de Málaga, adscrito a la Universidad de Gales, del que, prácticamente, todos los malagueños han oído hablar. Ahora está a la espera de la decisión de la Junta de Andalucía de autorizar la universidad privada que su empresa promueve. Pero quizá ya la Junta sea otra Junta.
¿Cómo fueron los inicios de EADE?
Empezamos como escuela de negocio. Al comienzo de los años noventa se pusieron de moda los cursos de postgrado y fue el gran boom de los cursos másteres. Nosotros comenzamos con el típico máster en MBA, en asesoría fiscal, gestión de instalaciones hospitalarias y también un curso especializado en contabilidad. Enseguida tomamos contacto con la Universidad de Gales y tras negociaciones con ellos nos convertimos en centro adscrito. Llevamos 30 años adscritos a la institución, que ahora se llama University of Wales Trinity Saint David porque se han anexado tres universidades. Estamos hablando de una universidad de 1828, que tiene como patrón al príncipe Carlos, que tiene varios premios Nobel y una trayectoria que se demuestra en los rankings internacionales. Tienen unos sistemas de control de calidad espectaculares y que nosotros tenemos que cumplir con mucho rigor en la formación que damos. Tras nuestros inicios comenzamos a diversificarnos un poco. Ahora mismo impartimos titulaciones de diseño con titulación de la Junta de Andalucía. Para nosotros es muy interesante porque creemos que es una de esas profesiones de futuro, ya que todos sabemos que hay profesiones que desaparecerán con la evolución tecnológica, pero ésas donde el factor humano es importante permanecerán, si bien con una gran dosis tecnológica.
Después se adquirió el colegio León XIII, que cuenta con 850 alumnos y más de 60 años de antigüedad. Nuestro último crecimiento ha sido el club deportivo, que cuenta con grandes instalaciones, entre ellas un centro de fitness que acabamos de abrir y que dispone de las últimas tecnologías.
¿Qué discurso siguen a la hora de presentarse ante una clase de bachiller?
Lo primero que les pregunto a los chavales es si se han encontrado a gente amargada en su vida, todos dicen que sí y después coinciden en que esa gente hace algo que no les gusta. Ese discurso tan sencillo es importante hacerlo con quien está en un momento de tomar decisiones. Acto seguido les digo que no me hagan caso ni a mí ni a nadie que llegue vendiéndoles una moto. Es importante que los institutos abran sus puertas para que los chavales conozcan todos los caminos, pues lo que está en juego es algo tan importante como la felicidad de ellos, que al final va a redundar en la felicidad de todo el mundo. Cuando vamos por la calle y nos encontramos a alguien que le encanta su trabajo dices “qué mundo tan bonito que estamos haciendo”, en otras ocasiones te encuentras gente amargada que intenta poner zancadillas y aplastar al de al lado para sobresalir. Fundamentalmente, ese es el discurso que hacemos. Entre las distintas opciones que hay en Málaga para estudiar se encuentra las de EADE, ya que estamos autorizados por la Junta de Andalucía para impartir carreras universitarias. La UMA como titulación oficial española y nosotros como titulaciones de la Junta de Andalucía que son también titulación oficial española y como centro adscrito a la Universidad de Gales. Es muy bueno que los chavales conozcan todos los caminos posibles, tanto dentro como fuera de Málaga.
¿Qué define a EADE?
Yo creo que nos definen dos pilares fundamentales. El primero es la excelencia académica. La experiencia que tenemos como sistema británico nos ha llevado a ser muy rigurosos. Los sistemas de control académico que tenemos son muy fuertes y las evaluaciones de los profesores muy rigurosas. Si un profesor no supera dos evaluaciones positivas se prescinde de él. Tenemos sistemas de doble calificación para preservar la equidad. Nuestros alumnos tienen que salir bien formados porque la calle es muy dura. El segundo pilar es la orientación al mundo laboral. Para nosotros es importante que el alumno desde primero empiece a tomar contacto con el mundo real para que cuando termine conozca el mercado y los procedimientos de trabajo. Procuramos que hagan prácticas durante los cuatro años y en todos los campos posibles. A veces nos faltan alumnos para poder cubrir la demanda que tenemos de las empresas.
¿En qué punto se encuentra esa solicitud de reconocimiento como universidad privada?
Ahora mismo la solicitud está en manos de la Junta de Andalucía y de la Dirección General de Universidades. Depositamos la memoria de solicitud a finales de julio de este año y esperamos tener algún tipo de respuesta de parte de la Junta. Nosotros, mientras tanto, estamos presentando el proyecto a los líderes de los partidos políticos y también con representantes de instituciones de la sociedad civil. Entendemos que el proyecto está consolidado y hemos apoyado nuestra solicitud en tres aspectos fundamentales. El primero es que la universidad es buena para Málaga, por ejemplo en el aspecto económico. Realizamos un estudio simultáneo con el diario Sur del número de malagueños que están estudiando fuera. Contactamos una por una con todas las universidades privadas que están fuera de nuestra ciudad. Contabilizamos un total de 8.000 alumnos por año y eso es una burrada. Esto lo cuantificó Sur en un valor de unos 100 millones de euros, pero nosotros lo hemos rebajado a 50 millones, ya que hay gente que se va a ir sí o sí porque lo que busca está fuera de Málaga. Hay una fuga de unos 50 millones de euros anuales que dejan de invertirse en nuestra provincia. Esto se agrava con la fuga de cerebros que terminan trabajando fuera de nuestra provincia. No es lo mismo estudiar tu carrera en la misma ciudad en la que vas a trabajar que volver a Málaga y encontrarte sin conocimiento de la industria local. Esos perjuicios se contrarrestarían con los beneficios que genera una universidad privada, algo que ya está medido por estudios.
El segundo argumento que hemos planteado es que somos líderes en todo excepto en oferta de universitaria. Somos líderes en crecimiento del PIB, en turismo idiomático, en creación de empresas, pero no en oferta universitaria. Además, tenemos un gran déficit respecto a Sevilla, donde hay tres universidades públicas, una privada, que es la Universidad Loyola y siete centros adscritos. En Málaga hay una universidad pública, cero privadas y solo dos centros adscritos, uno en Ronda y otro en Antequera.
El tercer argumento es nuestro entendimiento de que somos el candidato perfecto para ser universidad privada porque llevamos 30 años haciéndolo bien. Tenemos un campus activo con 10.000 metros construidos listos para empezar y no le hemos pedido ni un euro ni al Ayuntamiento ni a la administración autonómica. Somos una empresa que ha ido reinvirtiendo todo lo generado. Entendemos que ofrecemos garantía suficiente para desarrollar un proyecto universitario privado con la máxima eficiencia. En nuestro campus se han invertido más de 20 millones de euros y actualmente unas 200 familias viven de este proyecto con los empleos generados.
¿Cómo sería esa convivencia con la universidad pública?
Nuestra relación con la UMA es excelente, pues somos el único centro privado que ha conseguido tener un convenio de adscripción con la Universidad de Málaga, ya que los convenios existentes son heredados. La Universidad de Málaga es joven y cuando se creó ya había centros de formación como la Escuela de Enfermería de Ronda. La Universidad terminó absorbiendo, como no podía ser de otra manera, esos centros. El primer centro privada en el que confían para ofertar una titulación es EADE. En 2015, firmamos un acuerdo de adscripción para crear el centro adscrito de terapia ocupacional EADE en Antequera. Ese centro todavía no ha visto la luz porque está pendiente de alguna firma de algún funcionario de la Junta de Andalucía. El centro adscrito y la universidad privada podrían convivir sin ningún problema. En esa buena relación con la universidad nuestra propuesta ha sido siempre de absoluta lealtad institucional, la hemos demostrado en numerosas ocasiones, y de complementariedad en los estudios. Tenemos que cambiar la mentalidad. En España no suena raro la convivencia público-privada en la formación preuniversitaria, sin embargo, en el sector universitario todavía existen suspicacias sobre cómo trabaja una universidad privada y su rigor. Tenemos que ser modernos. Fuera de España en sectores como el mundo anglosajón nos llevan años luz en esto. Profesores que trabajan en pública y privada, investigaciones conjuntas, proyectos y patentes conjuntas… y esto no va en contradicción con la importancia que tiene y va a tener siempre la universidad pública. Nuestra propuesta de titulaciones es una propuesta complementaria. Excepto un par de carreras que tienen todas las universidades como pueden ser ADE y derecho el resto son complementaria, como por ejemplo Business Analytic and Big Data, biotecnología y bioinformática, software y robótica, traducción e interpretación, diseño y producción de videojuegos, comunicación y marketing digital e INEF, que lo tenemos desde hace muchos años. Son titulaciones que ahora mismo no se están ofertando y entiendo que nos podemos complementar. Nuestro deseo es una convivencia respetuosa y la existencia de colaboración. Málaga merece una universidad pública y una universidad privada que trabajen juntas y generen riqueza, progreso e innovación.
¿Se persigue en España a la educación privada y la educación concertada?
Depende de las comunidades. Yo en Andalucía hablo del tema universitario porque creo que en el ámbito universitario, aunque a veces se escuchen cánticos de sirena, no hay profundidad. A veces, quienes realizan esos comentarios son los mismos que luego tienen a sus hijos en formación concertada, privada o extranjera. En formación universitaria vas a comunidades autónomas donde hay muchas universidades privadas, cada una con su nicho de mercado y su especialización. En Andalucía, solo tenemos una universidad privada y, además, está situada en la capital de la comunidad. La Andalucía oriental está totalmente desprovista, somos ciudadanos de segunda. A los malagueños no nos dejan que tengamos opciones de universidad privada en nuestra ciudad, a pesar de ser el motor de la economía andaluza. Somos ciudadanos de segunda en ese sentido porque los políticos lo han decidido así. Quien crea una universidad privada es el Parlamento andaluz con los políticos que están sentados en sus escaños. Nosotros es la tercera vez que solicitamos ser universidad privada, solo que las dos veces anteriores en 2001 y 2004 fuimos muy discretos con solicitudes que se presentaron prácticamente sin visibilidad alguna. Ahora hemos decidido que es bueno que Málaga sepa que estamos con la madurez suficiente para acometer este proyecto
Incluso llegaron a decir que están preparados para comenzar a formar alumnos el próximo curso.
Cuando la Junta de Andalucía nos dijera. Tenemos ya las instalaciones y el campus con 10.000 metros construidos que son propiedad de la universidad. Ni un solo metro es de los malagueños, como entendemos que debe ser. Arrancaríamos cuando se nos diese la autorización para ello. Son procesos largos y no es fácil. Hay una primera instancia que pasa por un reconocimiento en el Parlamento andaluz y una segunda autorización administrativa para iniciar la actividad. Podemos arrancar inmediatamente porque es una actividad en la que ya estamos.