“Hay quien piensa que estamos muriendo de éxito y, en realidad, estamos muriendo por falta de apoyo”
Sergio Rodríguez.- Microteatro Málaga se encuentra inmerso en su quinta temporada. El proyecto cultural llevado a cabo por un grupo de malagueños pelea por llevar a cabo una bonita iniciativa que ofrece un teatro de nivel excelso a un precio más que asequible. Gonzalo Campos, profesional de la medicina y uno de sus impulsores, se muestra contento por la personalidad ejercida desde el grupo a la hora de apostar por lo máximo y espera que Málaga se enganche al teatro de calidad para que el proyecto se asiente en la rutina cultural de la provincia.
¿Cómo nació Microteatro Málaga?
Es una iniciativa que llevan a cabo seis personas que se conocen desde hace mucho tiempo, algunos incluso desde el colegio, cinco de ellos malagueños. Nos planteamos llevar a cabo esta iniciativa, sobre todo Daniel Corpas, que es el que llevó la voz cantante inicialmente. Hubo una serie de personas que nos subimos al barco hace cinco años, ya que el planteamiento fue hace seis. Nos planteamos una iniciativa cultural en Málaga salida de malagueños, cosa que no es habitual. Se puede decir que Microteatro Málaga es de las pocas iniciativas puramente privadas que apuestan por la cultura.
¿Se imaginaban llegar al punto de éxito en el que están?
El éxito es relativo. Es curioso la percepción externa que hay sobre nuestra iniciativa. Tenemos una demanda muy muy inferior a la que esperábamos. Quizá quien vaya un sábado y vea llena la sala puede pensar que estamos muriendo de éxito, pero está muy lejos de ser así. Hemos hecho una apuesta vanguardista en una ciudad con poco interés por la cultura y esa está siendo nuestra lacra. Microteatro permite acercarse al teatro profesional a precios populares, teniendo a actores profesionales que interpretan obras de autores que han ganado numerosos premios, y todavía hay gente que le parece caro. Esa es la realidad de Málaga y del malagueño. Hay quien piensa que estamos muriendo de éxito y en realidad estamos muriendo por falta de apoyo. La situación actual de Microteatro Málaga es límite. A pesar del trabajo y el esfuerzo de los que trabajamos gratuitamente desde hace cinco años, que podríamos habernos comprado un coche, por decir algo. Actualmente, uno de los pilares fundamentales de nuestra sostenibilidad es un patrocinio anual de la Fundación Unicaja que nos permite equilibrar las cuentas. Necesitamos un apoyo mayor de los malagueños y de las instituciones públicas, que nos sentimos bastante ninguneados por ellas.
¿No es Málaga una ciudad cultural?
Málaga no es ciudad cultural. Se ha creado una ciudad preñada de museos para atraer al turista, pero poco más. Cuando se hace una noche en blanco significa que el que quiera participar debe ofrecer actividades gratuitamente cuando traes autores de fuera pagados. Sin embargo, las iniciativas culturales como la nuestra si quieren participar tienen que aportar algún tipo de actividad gratuita. La noche en blanco la pagan los empresarios culturales privados, por decirlo de alguna manera. A nosotros, el Ayuntamiento no nos pagaba nada por participar, de hecho, los dos últimos años hemos dejado de participar porque la noche en blanco nos costaba dinero. Hay ciertas actividades traídas de fuera a las que se les paga. La realidad cultural de Málaga es que unos malagueños deciden emprender una iniciativa en un local que no era al lado del teatro Cervantes para montar una sala que ofrece teatro obrero a precios populares y no se les ayuda. La principal culpa de la falta de sostenibilidad de este tipo de iniciativas la tiene el malagueño, que no le interesa el formato. Quitando esto, sí es cierto que hay parte de la población que si le interesa. Tenemos un público fiel que nos apoya y admira, pero no es el público suficiente. Se pueden hacer dos cosas: dejar caer la iniciativa o apoyarla. Ese apoyo nos lo está prestando la Fundación Unicaja, pero es insuficiente. Hemos acudido a muchos lugares donde se nos ha cerrado la puerta y se nos han puesto muchas trabas. Cuando te comparas con otras iniciativas que no tienen nada que ver con la cultura y tienen ese apoyo de las instituciones públicas te da un poco de rabia.
¿Qué tal ha ido el arranque de la quinta temporada?
Como todas, más o menos. Con un apoyo de público medio tirando a bajo, a pesar de que es nuestra temporada más ambiciosa. Tenemos este año a cinco premios nacionales de literatura dramática. Vamos a traer a Juan Mayorga, Sanchís Sinisterra, Alfredo Sanzol, Laila Ripoll y Lola Blasco. Se ha apostado este año por una cartelera muy potente, que ha costado mucho tiempo y dedicación programar. Hemos remodelado todas las salas y ahora son verdaderos cubos negros con ese fondo teatral. Siempre decimos que luchamos mes a mes hasta que podamos, por lucha no será. Después de nosotros abrieron tres sedes parecidas en Sevilla, Almería y Valencia, las tres están cerradas. Ahora mismo el formato microteatro solo tiene tres sedes: en Barcelona, en Madrid y en Málaga. Esperemos que esto pueda seguir abierto.
¿Reciben muchas propuestas en su web?
Nosotros funcionamos por temáticas. Cada mes se dedica a una temática. Se abre un periodo de recepción de propuestas y las compañías pueden mandarnos sus propuestas. Posteriormente, hacemos una selección para montar la cartelera del mes en cuestión. Tenemos otra vía para crear piezas de calidad, que es contactar de forma directa con directores con reconocimiento en el panorama nacional. La idea es que ellos colaboren con nosotros con sus textos, pero ha habido ocasiones en las que han llegado incluso a dirigir directores tan potentes como José Padilla. La idea es conjugar en la misma cartelera talentos nacionales con nuestros talentos locales.
¿Cuándo descubrió su pasión por el teatro y la escritura?
Desde mi infancia. Mi madre es una teatrera de pro desde siempre y yo he ido al teatro muchísimo. Llegó un momento en el que empecé a leerlo. Mi padre era escritor y la lectura siempre la hemos tenido muy inculcada. Llegó un momento en el que empecé a escribir narrativa y un poquito más tarde teatro. El hecho de apostar por Microteatro fue con la condición de poder entrar en la parte artística. Yo tengo mi trabajo como alergólogo y la idea era entrar en esa parte, pues yo no tenía interés en montar un negocio, pero cuando se planteó esta posibilidad me pareció algo muy bonito. De esa experiencia en estos cinco años he aportado mucho a la cultura malagueña y muchísimo al teatro. El día que Microteatro Málaga deje de existir, y ojalá no pase, Málaga se dará cuenta de lo perdido.
El pasado mes de octubre se estrenó en el mundo del relato con “Mi bello Fauvel”. ¿Qué tal la experiencia?
A mí me gusta escribir desde hace mucho tiempo. Esto ha sido un libro de cuentos editado con la editorial madrileña Adeshoras, que tiene una línea de cuentos muy bonita y muy bien editada con autores que yo he leído y admiro mucho. He tenido la suerte de que Susana Noeda ha apostado por mí. Se presentó en la Feria del Libro de Málaga y posteriormente se realizaron presentaciones en ciudades como Córdoba, Madrid o Zaragoza. El libro ha tenido bastante aceptación y buenas críticas. Estoy muy contento y satisfecho con este primer libro publicado de cuentos.