Vicente Almenara.- La abogada Inmaculada Marín quiere cercanía con sus clientes porque muchos, como ella explica, quieren desahogarse y contar su personal historia, lo que se ha agravado con la pandemia. Las cosas han cambiado, y mucho, en el Derecho de Familia, y la posición del hombre y la mujer en las leyes también, sobre todo en el caso de la violencia de género. Hablamos de rupturas, fracasos personales… de hombres y mujeres enfrentados, y con hijos de por medio y casas que hay que adjudicar…
“El Derecho de Familia tiene muchos cambios, muchos requisitos y muchas necesidades de especialización, ya nos cuesta a los que nos dedicamos a ello hacer las cosas bien, con todas las dificultades que nos encontramos, por eso me imagino que a los compañeros que no se dedican tan intensamente a esto todavía les costará más”. Así se expresa Inmaculada Marín, del despacho BMR Benítez-Piaya, Marín & Ruiz Jarabo.
¿Pero es una de las especialidades en las que más competencia hay?, creo que no…
Yo pienso que hay una creencia en que el Derecho de Familia es algo fácil, y ya te digo yo nunca en mi vida he trabajado en el Derecho Penal, aunque en mis inicios me encantaba y luego, cuando fui consciente, en la práctica, no me vi con las cualidades personales para afrontar ese reto, y sí en cambio me vi con cualidades para el Derecho de Familia, entonces me decidí a especializarme en este. Pero hay muchos compañeros que no llevan Penal porque lo consideran una materia que requiere especialización y, sin embargo, sí llevan Familia. Yo creo que hay más compañeros que llevan Familia, es decir, casi todos y sin embargo Penal no.
¿La Costa del Sol aumenta el número de casos de los que os dedicáis al Derecho de Familia?, hay una población extranjera y esta plantea determinados casos…
Pasa una cosa y es que en la Costa, tradicionalmente, se buscaban muchos abogados, y la gente se iba a buscar abogados fuera, la verdad es que todo eso está cambiando. Hay ya especialistas bastantes y, además, buenos especialistas.
Tengo entendido que estás en la Asociación Nacional de Abogados de Familia…
Soy la secretaria de Organización de la Asociación, estoy también en la Delegación, he estado durante ocho años hasta que entró Soledad de delegada y me hicieron secretaria de Organización, trabajo a nivel nacional, lo que requiere mucha dedicación y coincidía con las elecciones aquí y ya dejé la Delegación porque no podía con todo, había cumplido ocho años y hay que dar paso a nuevas ideas, y ahora estoy de secretaria arriba.
Y ¿cuáles serían las reivindicaciones básicas de esta Asociación?
Es una Asociación que pretende la especialización en esta materia porque entendemos que es necesario, estamos luchando desde que se constituyó hace ya casi treinta años, para que se cree lo que nosotros llamamos una jurisdicción, que es la especialidad, como puede tener la mercantil, penal…, que se cree una especialización generalizada con aplicación en todo el territorio nacional, porque hay ahora mismo hay una discriminación de justicia por territorio, las personas que viven en grandes ciudades donde existen juzgados especializados en Derecho de Familia tienen una justicia más cercana, más especializada, con equipos técnicos, con fiscales que saben de lo que están hablando y abogados que son fáciles de encontrar, especialistas, mientras que en un pueblo donde no tengan juzgado de familia pues se encuentran que tiene que llevarle el asunto un juez que quizá está llevando temas civiles generales, o también penales, con lo cual el tema de Familia no tiene la prioridad ni las certezas, ni la especialización que tiene un juzgado especializado. Lo que pedimos es eso. Y, al mismo tiempo, sirve la Asociación de canal de formación continua y de alta especialización para todo abogado que nos queramos dedicar a esta materia. Hace cursos continuos, estamos mandando siempre la jurisprudencia última, a diario, a nuestros asociados, somos además lobby, participamos en todas las materias institucionales que tienen que ver con el cambio normativo de familia, en fin… Hoy por hoy, es una de las asociaciones más representativas de abogados de España.
Situaciones anómalas que hemos vivido, por ejemplo, la pandemia, ¿han influido en los casos que llegan a este despacho?, ¿podemos decir que hay una nueva casuística?
Pues, mira, la pandemia supuso un antes y un después, tanto para el ejercicio profesional como para las familias porque nos vimos de repente sin juzgado, ni plazo para poder demandar las separaciones y los divorcios, solo teníamos abiertas las acciones urgentísimas, pero todo lo demás no existía. Estuvimos tres meses sin hacer nada, bueno, sin hacer nada oficialmente porque nosotros a través del teléfono y a través de los despachos de aquellas personas que lo tenían abierto pues las consultas no paraban porque, precisamente, cuando la gente se queda en casa y se unen es cuando más conflictos se dan, por tanto, cambió mucho el tipo de consultas que se nos hacían y también hubo una modificación en cuanto a la forma de entender los conflictos, porque nos obligaron a los profesionales a llegar a muchos acuerdos, en la medida en que como no teníamos juzgados para poder solventar los problemas instantáneos nos obligaban, entre compañeros, a arreglarlos entre nosotros, claro, entonces eso cambió mucho. Actualmente, las reformas no paran, cada dos por tres hemos tenido entrada en vigor de una reforma detrás de otra, no hemos terminado una de comprenderla, que algunas no tienen mucho sentido, cuando ya tenemos otra encima, ahora la más reciente es de hace unos días y es una reforma que cambia el sentido de la liquidación de gananciales, de donde se concluye que, en algunos casos, se deja claro que en casos de violencia pues los juzgados de Violencia, nosotros siempre hemos pedido que la liquidación de gananciales se lleve en los juzgados de Familia y no en los de Violencia, porque entendemos que era una cuestión muy especializada, demasiado especializada, en temas de Civil, en temas de Familia, un juzgado Civil lo enfocaría mejor que uno de Violencia, bueno, pues se ha decidido así y ha afectado también a otras materias. Una reforma que llevamos demandando toda la vida, y la familia más que nosotros, es la reforma del artículo 96 del Código Civil y que es la que afecta a la determinación del uso de domicilio familiar cuando hay crisis matrimoniales o de rupturas de parejas. Se decía que el principal problema era la custodia, pero ese problema venía también derivado de cuestiones económico-patrimoniales, como era la vivienda, que siempre ha supuesto el gasto más importante de una familia, cuando se separan ese gasto sigue ahí y, además, hay que aumentarlo, porque ahora nos convertimos en dos, tenemos que tener dos domicilios y que sean viables para que los niños vivan de una manera digna, tanto en un sitio como en otro, con lo cual ese gasto era muy importante. Bueno, pues llevamos pidiendo, por favor, que se regule ese artículo de una manera adecuada a los tiempos que corren y al coste de la vivienda, que se ha hecho una reforma que, la verdad, no ha tenido mucho sentido, por la forma de redactar, porque no se oye siempre a los profesionales especializados, aunque se hagan propuestas no se tienen en cuenta, lo que sí se ha contemplado es el hecho, que ya se estaba aplicando por jurisprudencia, de entender que el uso de la vivienda, con hijos menores, todo el mundo entendía que cuando llegaba la mayoría de edad pues se acababa ese uso, bueno, pues se ha recogido, se ha puesto que es el uso hasta la mayoría de edad, 18 años. Algo es algo, lo que no se ha dicho es si vamos a tener cuando lleguen los 18 años que poner un procedimiento de modificación o qué medidas de extinción llegados los 18 años, o si va a ser una cosa automática, en ello estamos. Ya te digo, es que se dicen las cosas pero se dicen tan mal y tan incompletas que, al final, nos obligan a pleitear para descubrir qué significan.
Un ciudadano común podría pensar que en el Derecho de Familia, se aprecian más claramente los sesgos ideológicos del momento político concreto y que según como esté la correlación de fuerzas en el poder legislativo, sobre todo últimamente…, antes había más calma chicha sobre estos asuntos.
Ahora no, y es curioso porque quizás sea un Gobierno que ha tenido que buscar grandes apoyos y que no ha tenido tanto apoyo en un solo partido y, sin embargo, está sacando muchísima legislación, que es fruto de querer hacer muchas cosas, lo que no está mal, y que son cosas que hay que hacer, pero entiendo que hacer las cosas precipitadamente da lugar a muchos problemas, porque ya sabemos que hacer una ley cuesta, pero es más difícil quitarla después y modificarla. Y sí es verdad que hay aspectos ideológicos en algunas cosas pero, bueno, como sabes la sociedad tiene para todos los gustos. Me imagino ahora que la mayoría que tenga este sesgo pues dirá que para eso estamos nosotros, pero la verdad es que sí, hay muchas cosas en el sentido de violencia de género…, más que de violencia de género en sí en el enfoque que se está danto a toda la materia. Con el foco de género eso se interpreta de una manera o de otra dependiendo de tu ideología o de tu forma de pensar, eso es así, no tiene tanto que ver con la violencia, que la deploramos y la detestamos todos, y que jamás en la vida es justificable, ni siquiera podemos callarnos ante ella, pero sí, muchas veces los enfoques son los que son.
¿Hoy se puede decir que los derechos del hombre quedan disminuidos respecto a otros momentos, hace 20 años por ejemplo?
Pues, precisamente, yo lo comentaba eso ayer con un cliente, fíjate, y se lo decía. Cuando yo empecé a trabajar, el hombre que, prácticamente, no tenía derecho de familia, ni derecho alguno, entiéndeme esto en un sentido amplio, la custodia en el 90 por ciento de los casos era para la mujer, porque era la que se dedicaba tradicionalmente a esto, el hombre tenía sus derechos de visitas y obligaciones de pagos de los gastos que hubiera tanto para los niños como para la mujer, pero es verdad que en los últimos años y desde que la custodia compartida ya se ve como algo natural, y cada día más generalizada, pues la posición del hombre está en una mejor situación. Yo ahora estoy teniendo muchísimas mujeres de cliente y digo: cómo está cambiando la cosa, antes venían a los especialistas las personas que lo tenían más difícil y ahora también, muchas veces las señoras que no quieren custodia compartida teniendo unos razonamientos y con pruebas que así lo muestran lo tienen difícil para que les dejen la custodia, en ese caso, los hombres están ahora mismo posicionados más en una situación de igualdad. Donde sí que hay una discriminación positiva, porque así lo ha hecho la legislación, es en el tema de la violencia de género. Está claro que hay una discriminación positiva, se supone porque ha cometido una serie de actuaciones reprobables, entonces lo tiene un poco más difícil. Algunas veces estamos recomendando al cliente una separación o un divorcio si quiere una custodia compartida y la otra parte no, muchas veces les tenemos que decir, oye sal de la casa porque ante cualquier conflicto, cualquier disputa, se puede confundir la lógica disputa de una pareja que se está divorciando con el hecho de una ofensa, de una amenaza o un insulto que pueda ser vejatorio, en ese sentido es verdad que algunos hombres lo pasan mal y no tienen un sistema igual que la mujer.
También empezareis a encontrar en el despacho casos en el que dos hombres son pareja o dos señoras son pareja y hay violencia y otras cosas…
Claro que sí, tengo clientes de varias clases, somos personas, y están admitidas parejas y matrimonios de la misma entidad y está reconocido así, entonces lógicamente tienes que llevar todos los problemas que surgen en las parejas.
Pero los casos que se plantean entre parejas del mismo sexo, ¿son parecidos y en realidad no hay nada nuevo respecto a parejas heterosexuales?
Pues sí y no, por ejemplo: cuando se trata de un divorcio pues las medidas entre la pareja o cónyuges pues sí, pero si tiene hijos de uno o de ambos, o hijos por los medios que permite la ciencia… se pueden dar también temas de filiación, de adopción u otros tipos de asuntos que también se pueden dar en un matrimonio normal pero que son menos frecuentes. Aquí tenemos problemas de adopción y filiaciones con bastante frecuencia.
Normalmente, supongo que cada abogado, cada profesional del Derecho, tiene su propia rutina, ¿qué es lo que, en tu caso, cuando llega un cliente a tu despacho y te sientas con él o con ella sueles hacer?, supongo que primero es escucharle…
Lo primero es presentarnos y ver cómo queremos tratarnos, porque yo soy muy sencilla, muy directa y no suelo ser distantes con mis clientes, entonces prefiero desde el principio tutearnos, parece que no pero la forma de hablar en Derecho de Familia con una persona que te va a tener que contar muchas veces cosas muy personales, muy íntimas, es importante y conviene que la adopte el cliente para que diga el cliente cómo se va a sentir más cómodo, en mi caso para dar esa confianza lo primero que aclaramos es eso, y después lógicamente yo siempre digo qué necesitan, prefiero que me pregunten, y al final se trata de ver si el conflicto tiene un aspecto más personal o tiene un aspecto más familiar. Hay veces que la persona lo que necesita es desahogarse y contar, aunque no haya causa de separación ni de divorcio y no es necesario que te cuenten su crisis emocional, pero hay veces que las personas en esas primeras entrevistas lo necesitan por desahogarse, porque la conozcan o por sentirse de alguna manera justificados. Y es bueno porque también los abogados especialistas podemos sacar la necesidad que tenemos de tirar de otras ramas de la ciencia que nos ayudan y que son complementarias a la nuestra, puede ser la psicología, la mediación o cualquiera de ellas, o un tratamiento para nuestros clientes que puedan necesitar.
En la mayoría de los casos, por tu experiencia, ¿os encontráis clientes que lleguen al despacho rotos, destruidos por el conflicto?, ¿cuál es la tipología, en general, que os encontráis?, sean hombres o mujeres.
Hay de todo, pero es cierto que cada vez hay personas que entienden el divorcio como una cosa normal. Curiosamente, tras la pandemia las personas, como han estado solas, han tenido que meditar y rumiar solas, me he dado cuenta que necesitan más ese desahogo otra vez. Llevo un año y medio oyendo más penas y tristezas que a lo mejor en los dos años anteriores, también es cierto que en pareja de una cierta edad se da más el hecho de contarte la parte personal que en parejas más jóvenes que lo necesitan menos.
¿Crees que hoy en día aguantamos menos, seamos hombres o mujeres, en el ámbito de la pareja, estemos o no casados, y por eso hay más conflictividad y que quizás la generación de nuestros padres aguantaba más que nosotros y nos hemos vuelto muy delicados, entre comillas?
Es cierto que había en la etapa de nuestros padres, incluso de nosotros, que tenemos cierta edad, un concepto del matrimonio canónico. Nosotros somos especialistas en matrimonio canónico, es cierto que el que tiene un sentido de matrimonio canónico, un sacramento que es indisoluble y que es para toda la vida, tiene que tener una disposición per se, tiene que buscar solución a todo lo que se le vaya presentando, como no lo puede resolver tiene esa disposición, y eso ha calado hondo sobre todo en el sur de España, porque tenemos una honda tradición católica y sigue calando hondo pero, claro, desde 1981 que tenemos divorcios a gogó y, sobre todo, desde que tenemos divorcio sin causa pues la gente joven ya no tiene el concepto de matrimonio que hemos tenido otros. A nadie le agrada que su proyecto matrimonial de vida y sentimental fracase, eso es un trauma, te cases, de una manera, no te cases y seas pareja o te cases de otra, eso es un trauma para todo el mundo y de los más grandes que hay, es como un duelo, pero sí es cierto que aquella persona que se ha planteado la vida como en familia, en pareja para siempre, además del trauma sufre una frustración horrible porque se sigue pensando en esa forma de matrimonio. La gente de hoy viene, incluso, sin saber la experiencia de un divorcio, te dicen quiero divorciarme por la Iglesia y tu cuando le explicas, no, mira, la Iglesia no admite esas cuestiones, tú en la Iglesia tendrás que ver la nulidad, para eso tendrás que contarme y yo ver que tiene causa en el momento del consentimiento para que se demuestre que no hubo matrimonio y que no se dieron las circunstancias necesarias para que se constituyera el matrimonio, eso la gente en su cabeza no lo entiende. Se puede decir que hay una dificultad social de la manera de entender el matrimonio, la familia. Hoy en día, una familia no es la familia que teníamos tradicionalmente, de nuestros abuelos, hoy en día una familia pues puede tener hijos de distintas parejas, estar casados o no y tener regímenes de visitas con unas u con otras, o tener personas que ni siendo familia suya son allegados y tienen derechos a visitarlos y estar con ellos, ha habido ese cambio tan grande en la familia que, efectivamente, hoy se aguanta menos porque no se tiene el criterio de conservar cosas que antes se planteaban como que no había otro remedio, hoy tenemos una vida más fungible y miramos a nuestro lado y tenemos los alumnos de la banquita de al lado y hay compañeros que tienen a sus padres separados y yo salgo con mis amigos y tengo pues dos parejas y tal, ya no es como antes, cuando la familia era única y con tu familia era igual, hoy día, como te digo, es más fungible, los alumnos tienen mucha problemática familiar.