“No trabajamos por el diagnóstico, sino por las dificultades o deficiencias que tenga un niño o las habilidades que necesite”
¿Abacadabra qué es?
Te cuento. Abacadabra es una entidad sin ánimo de lucro y el resultado de la unión de padres, madres y profesionales. El objetivo común es mejorar la calidad de vida de las personas que están afectadas por Trastorno del Espectro Autista u otros trastornos del desarrollo. Nos unimos para mejorar eso, porque creemos en la igualdad de oportunidades y en la equidad del trato, intentamos hacer todo más fácil para estas familias y para estos niños.
¿Dónde está la diferencia entre lo que hacéis y cualesquiera otros que también tratan este tipo de trastornos?
Esta metodología se llama Aba, y bueno, nuestra diferencia es que somos una asociación que no sólo está compuesta por profesionales, sino por familias, que creo que es algo importante, que pueden aportar mucho, y además nuestro objetivo es poder encontrar ayudas para que estas terapias que son costosas porque son muy intensivas, de muchas horas semanales, puedan ser en un futuro próximo algo más asequibles para las familias y que todas se puedan permitir estas terapias. Entonces, nuestra diferencia es esa, y nos basamos también en cómo trabajamos. Lo hacemos a través de unos procedimientos, de una metodología basada en el análisis aplicado del conocimiento y que está caracterizada por el uso del reforzamiento positivo, cualquier estímulo, cualquier actividad que haga que al aplicarse al niño aumente ese reforzamiento al que me refiero. Es decir, simplemente, algo fácil, un juego, una actividad o algo que al niño le motive tanto que consigamos que a través de eso el niño pueda aprender, seguir mejorando, adquirir nuevas habilidades, comportamientos, y reducir otros que no sean apropiados. Es en lo que se basa esta intervención.
¿Y con el tiempo qué resultados se producen en el niño?
Pues mira, con las terapias intensivas o semiintensivas, la idea es poder comenzarlas cuanto antes, lo más tempranamente posible. No trabajamos por el diagnóstico, sino por las dificultades o deficiencias que tenga un niño o las habilidades que necesite. Entonces, en el momento en el que a nosotros nos llega un niño o una niña que tiene algún tipo de trastorno en el desarrollo empezamos a trabajar e intentamos que esta terapia sea lo más intensiva que consideremos que puede tener impacto en este niño o niña, lo que la familia se pueda permitir, entonces una vez le hacemos la propuesta intentamos que no sea menor de aquellas horas que consideremos como profesionales que no van a tener impacto en el niño. La duración de la terapia en sí no tiene una dimensión exacta, va a depender del caso en el que estemos, de la familia, del niño, de la aceptación que tenga el niño, en general los cambios son muy grandes, porque como he comentado son terapias muy intensivas que varían desde unas 10 a unas 30 horas semanales, aproximadamente. Esta intensividad nos permite abordar muchas áreas del desarrollo en el niño, obviamente una de las áreas que más afectadas tienen suelen ser el lenguaje y la comunicación, y las habilidades sociales, pero nos centramos y trabajamos en todas las áreas del desarrollo. Eso nos permite que en el niño, en su familia y en su vida, haya cambios importantes. Además, intentamos que las familias siempre sean un pilar principal en la intervención para que, además de todas las horas que estamos con el niño, el resultado se pueda ver duplicado a la hora de que la familia pueda también hacer muchas cosas con él y, al final, pasan también muchas horas juntos. Los niños con TEA o con trastorno en el desarrollo suelen tener dificultad en el aprendizaje, normalmente no tienen tanta oportunidad de aprendizaje como un niño típico. Un niño neurotípico se puede pasar muchas horas a la semana en interacciones sociales con su entorno, con padres, con hermanos, y están aprendiendo continuamente. Y bueno, estos niños necesitan una estructura y un aprendizaje más estructurado para beneficiarse de todo el aprendizaje en realidad. Nuestro objetivo es ese, intentamos asemejarnos lo máximo posible a las posibilidades que tiene un niño sin ninguna dificultad para poder hacer que estos niños avancen lo más rápido posible y se integren lo mejor que podamos.
¿Puede esperarse de la investigación científica y médica algún descubrimiento que varíe la situación de los niños con TEA?
Bueno, el autismo no es una enfermedad, es un trastorno en el desarrollo, entonces creo que es posible con la intervención que nosotros hacemos, que es una intervención que modifica mucho la vida del niño y que incluso, no siempre obviamente, y dependiendo mucho del caso, llegar incluso a perder parte del diagnóstico. No quiere decir que curemos a los niños, ni mucho menos, pero al final lo que intentamos es reducir en estos niños todos aquellos comportamientos extraños, hacer que tengan intereses mayores, con el trabajo que hacemos sí que en un futuro se ve mucho avance en todo. Se puede modificar mucho el comportamiento de un niño y la conducta de un niño. Ahora, yo creo que lo más importante no es tanto que salga algo que vaya a hacer más de lo que nosotros vayamos a hacer porque creo que es complicado, creo que lo más importante no es eso, sino que se empiece a trabajar cuanto antes. En el momento en el que al niño o la niña se le ve alguna característica o algo que pueda parecer algún trastorno en el desarrollo es importante empezar a trabajar cuanto antes porque sí que nos va a ayudar a poder modificar mucho más el comportamiento, y enseñarle habilidades nuevas, y esto sí puede hacer que la vida de un niño cambie.
¿Y hasta qué edad?
Hemos tenido casos que han venido niños a partir de 18 meses, y al ser un trastorno en el desarrollo pues obviamente esto se empieza a ver cuando el niño se empieza a desarrollar. Suelen venir, pues eso, a partir de los 18 meses o los 2 años, también han venido niños más mayores de 6 o 7 años, podemos trabajar con ellos, pero obviamente el impacto que va a tener ya en su vida no va a ser nunca igual que con un niño más pequeño.
¿Pero la terapia hasta qué edad?
La terapia en sí no tiene una edad. Solemos intervenir con niños pequeños, pero tenemos niños también, incluso, de 13 años, con el que a lo mejor no hacemos una terapia intensiva, pero aplicamos nuestros procedimientos para poder enseñarle. La terapia intensiva, normalmente, está pensada para que dure, depende del caso y de la intensividad que tenga, para que dure unos años, tres o cuatro. Luego, se va reduciendo la intensidad, porque al final lo ideal es que el niño y la familia puedan hacer más cosas, aparte de estar en terapia. Pero sí que intentamos estrujar los años de plasticidad cerebral para hacer que los niños aprendan lo máximo posible y tengan buenas experiencias, porque al final un niño con siete años o con ocho lleva muchos años de experiencia y de prácticas inapropiadas y va a ser mucho más complicado moldear su cerebro que si cogemos a un niño pequeño que no ha tenido tanta experiencia.
¿Esta asociación es de Málaga solamente?
Sí, es malagueña.
¿Sabes si en otras provincias hay otras?
La nuestra, Abacadabra, sólo existe en Málaga. Conozco alguna en Barcelona, que trabaja también de manera similar. Hay empresas, centros privados… pero asociaciones solo esta.