Entrevista con Miguel Ruiz Montañés sobre su nuevo libro, "La sangre de Colón" - El Sol Digital
Entrevista con Miguel Ruiz Montañés sobre su nuevo libro, «La sangre de Colón»Miguel Ruiz con su libro

Entrevista con Miguel Ruiz Montañés sobre su nuevo libro, «La sangre de Colón»

Vicente Almenara.- Miguel Ruiz, ingeniero, director gerente de la EMT, es un escritor de éxito que ya con “La tumba de Colón” vendió la friolera de 200.000 copias. Ahora sigue la senda del descubridor y se interna en el debate que acusa al navegante y a los españoles de genocidas. Bueno, ya saben, todo es fake política que solo engaña a los que se dejan y a los que no leen.

Se trata de un libro apoyado en hechos históricos pero libre como es la buena narrativa y el suspense que el autor le añade. Tras el confinamiento, la aventura del pasado.

¿Cómo ha sido el parto de esta nueva criatura?

Tenía muchas ganas de volver a tocar el palo de Colón porque, de alguna manera, me quedé con muchos misterios en el tintero. Fue una novela que me dio muchos éxitos y después de 200.000 ejemplares vendidos y a 20 idiomas merecía la pena retomar, sobre todo porque me había dejado muchas cosas sin contar. Además, recientemente, hace como unos cuatro o cinco años cuando se han empezado a quitar estatuas de Colón de medio mundo, de ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Buenos Aires, Quito… ese revisionismo de la historia que dice que cuando llegamos allí matamos a los indios, el genocidio, pues quise entrar en ese debate y es lo que he hecho. Esta novela no es continuación de “La Tumba de Colón”, es independiente, pero recupera ese espíritu de novela con mucho misterio e intriga, con una parte crítica hacia esa realidad latinoamericana donde se le da la razón al indio y para darle la razón al indio se quita la estatua de Colón, o del que haga falta. Ese revisionismo de la historia es lo que me parecía indigno y la novela es una crítica en ese sentido. De hecho, el título “La Sangre de Colón” encierra un doble juego, por un lado, es la sangre que circulaba por sus venas, es decir, dónde nació Colón, ese enigma que entusiasma a tantísima gente, si es italiano, catalán, portugués, gallego, francés… y, por otro lado, hace referencia también a la sangre derramada, es decir, qué ha pasado en estos 500 años, ¿tiene Colón la culpa de algo?, ¿tiene la culpa de todo? Entre esas dos lecturas del título se mueve la novela.

En cuanto al origen de Colón, ¿crees que algún día tendrá solución lo que hoy es un enigma porque encontremos alguna documentación pertinente?

Creo que sí. Colón en vida se encargó de ocultar de dónde era, eso es evidente. Él a todo el mundo le decía que era extranjero, pero jamás a nadie le dijo “yo soy extranjero de Génova” o “extranjero de Portugal” o “extranjero de Francia”, él decía simplemente “extranjero”. Incluso a sus hermanos y a su hijo Hernando, que navegó mucho con él, jamás le dijo de dónde era. Tal es así que cuando muere Colón, su hijo Hernando va a buscar a sus ancestros por medio mundo (Portugal, Galicia, Génova) y, como dijo en el libro “Historia del Almirante”, el hijo de Colón dejó claro que al final no supo de dónde era el padre, no encontró nada de nada. Hasta ahora la teoría del Colón genovés se basa en un papelito, que está falsificado a todas luces, y que forma parte del testamento de Colón, pero apareció unos 30 años después de su muerte en los llamados “pleitos colombinos”. Cuando Colón muere, sus herederos reclaman a los Reyes Católicos la herencia que su padre había firmado. Como Fernando el Católico no podía ni ver a Colón pues les niega a los herederos lo que había pactado, que era un 10 por ciento de todo lo que se descubriera en América, y entonces como no se lo dan pues los herederos de Colón entablan los que se llaman los “pleitos colombinos”. Y dentro de esos pleitos, a los 30 años de morir Colón aparece un papel, separado del Libro de Actas y sin registro notarial, un papel que nadie sabe de dónde venía y que dice “siendo yo nacido en Génova”. Este documento le venía muy bien a los herederos de Colón en el intrincado pleito, pero ese documento está, a todas luces, falsificado. Los mejores historiadores del mundo así lo han dicho. Es decir, que no hay nada que diga que Colón nació en Génova, ahora bien, es posible. Es probable que se descubra en algún archivo por ahí perdido, algún documento traspapelado, alguna referencia más directa… Por ejemplo, hace poco en el archivo de Simancas se han encontrado unos documentos que son, básicamente, los papeles de gestión de Colón, es decir donde llevaba sus cuentas. En esos papeles se ve lo usurero y tacaño que era, y todavía no se han terminado de estudiar porque son como doscientos mil folios. Es decir, se van encontrando cosas y lo mismo algún día se encuentra algo del origen que desconocemos.

“Para darle la razón al indio se quita la estatua de Colón, o del que haga falta”

Por la reacción al primer libro “La Tumba de Colón”, ¿cómo crees que se acoge este, aunque no sea continuación?

Efectivamente, no es continuación, pero digamos que tiene los mismos principios de misterio, enigmas colombinos, el mismo tono narrativo en el sentido de que está basado en hechos reales. Ocurre en la actualidad, pero tiene hechos históricos comprobados y contrastados. El lector que lea la novela, igual que en “La Tumba de Colón”, va a encontrar una novela dinámica, una novela de misterio, de enigmas, que yo he querido que se quede pegada a las manos, es decir, que tenga una velocidad importante y que sea atractiva, pero con toda la parte histórica fidedigna, real. En resumen, en cuanto a velocidad, misterio y aventuras el lector va a encontrar mucho más de todo eso.

¿La trama la tenías clara desde el principio o va naciendo conforme escribes?

-En mi caso, cuando escribo soy muy ingeniero. No me pongo a escribir jamás hasta que no tengo claro adonde quiero llegar. Tengo una serie de cuadernos, hago mis cuadros, un montón de fichas, es decir construyo el armazón sólido de la novela. Luego cuando estoy escribiendo cambio cosillas, tiro por aquí o por allá, pero sé exactamente adonde quiero llegar. Eso también ha sido así en esta novela. Desde el primer momento quería hacer una novela rápida, haciendo trascender las cosas más importantes de los personajes y he tirado a la basura mucha información que podía ser interesante, pero me parecía que cargaba mucho la trama y si no era rápida no me valía. Todo eso viene a formar el esqueleto que desde un principio había diseñado.

A lo largo de los años te habrás hecho con una importante biblioteca y hemeroteca acerca de Colón y su mundo, además de viajar a lugares que tienen una relación muy estrecha con el personaje…

Sin ninguna duda. Tengo una cantidad enorme de libros de Colón, incluso alguno inédito del siglo XVII. Sobre todo, lo que se publica serio. La novela se desarrolla en Sevilla, Estados Unidos, México y sobre todo en República Dominicana donde está todo el vestigio y legado colombino. Todos los sitios que nombro en la novela, las escenas, los espacios, un parque público, una catedral, una iglesia… yo he estado allí. Creo que todo esto es fundamental hacerlo y habrá quizá escritores que de alguna manera sean capaces de recrear sitios donde no han estado nunca, pero en mi caso es bastante complicado. Yo necesito pisar terreno firme.

Este momento, justo antes de unas vacaciones, no sé si ha sido elegido por ti pero es un buen momento para sacar un libro a la luz porque te lo puedes llevar de viaje, pero no sé si tú lo habías entregado antes a la imprenta y está también empujado por la pandemia.

El libro estaba terminado hace prácticamente un año, lo que pasa es que las editoriales tienen su planificación muy rigurosa y éste estaba previsto para el 3 de junio. Es decir, estaba previsto sacarlo justamente cuando ha salido. Si la pandemia se hubiera extendido y alargado el confinamiento a lo mejor se hubiera retrasado un poquito, pero al coincidir con la fase 2 y 3 del desconfinamiento ahí está. En cualquier caso, desde que yo firmé el contrato con esta editorial, Harper Collins, editorial americana del grupo de Rupert Murdoch y de las más grandes del mundo, o al menos la editorial que más libros publica al año en el mundo entero, entonces yo firmé con ellos hace un año y estaba claro que la querían para el verano de este año y así ha sido. La pandemia ha pasado por encima pero no ha cambiado nada, ni una sola fecha de la planificación original.

¿Cómo os conocisteis la editorial y tú?

Tengo una agencia editorial que es con quién hago estas cosas, la Agencia Kerrigan, de Barcelona. Yo estaba con uno de los sellos del Grupo Planeta, Martínez Roca, entonces Harper Collins llegó a España, querían autores y cosas nuevas. Antonia Kerrigan conocía muy bien a esta gente y me convenció de que esta opción era mejor porque iban a invertir más en marketing, iban a crear un proyecto, le iban a dar mucho cariño, etc… es un poco lo de que al ser una empresa nueva en España pues invierte y tal, y la verdad es que estoy muy contento con ellos porque son bastante serios.

Y probablemente también llegue a otros ámbitos que no podría llegar la editorial Planeta, ¿no?

Sí, esta gente es fuerte en muchos destinos. Ahora mismo se ha lanzado en castellano para 15 países, toda Iberoamérica, y ahora vamos a ver cómo funciona en otros idiomas.

¿La figura de Colón qué aceptación tiene en las Américas?

Hay un dato que lo comento en el libro y es que Colón, después de Jesucristo y de Buda, es la persona histórica que tiene más representaciones en el mundo, es decir estatuas, placas… hay miles y miles. Jesucristo es el número uno, evidentemente, el segundo es Buda y el tercero es Cristóbal Colón. Si te fijas, en casi todas las ciudades del mundo o en la mayoría de las ciudades del mundo hay estatuas, o bien representaciones, o placas conmemorativas, o bustos o alguna cosa. Es una persona muy conocida en el mundo entero y en particular en todos los países de Latinoamérica. Lo curioso es que hasta hace poco Colón era un héroe en toda América, desde el cuarto centenario, antes de finalizar el Siglo XIX, es cuando se enaltece la figura del descubridor, se hacen la mayoría de las estatuas, en los Estados Unidos, por ejemplo, la de Nueva York, la de California, la de Chicago… En todas las ciudades de los Estados Unidos de más de quinientos mil habitantes hay una estatua de Colón. Ahora, cuando llegan los indios y dicen “aquí nos conquistaron, nos machacaron. ¡¡Genocidio!!”, se focaliza toda la culpa en la figura de Colón que es quien llegó el primero. Antes que debatir esa situación o defender que no hubo genocidio, por tapar otras vergüenzas, es más fácil quitar la estatua de Colón. Porque los norteamericanos sí que tienen vergüenzas que tapar, ellos sí que apartaron y mataron a muchos indios. A mí me parece injusto y por eso la novela tiene mucha crítica a esto.

Colón
Portada del libro

¿Crees que es pasajero este fenómeno del apartamiento y repudio de la figura de Colón y se restablecerá la normalidad histórica que su figura requiere?

Buena pregunta. Yo creo que mientras no haya nadie que le defienda seguirá denostado. El problema es que ahora mismo nadie se atreve a decir las verdades. El otro día me llamó un amigo que tengo en Estados Unidos al leer una entrevista mía diciéndome que yo era muy polémico. Lo que yo pienso es que los españoles no reivindicamos lo nuestro y tengo clarísimo que no hicimos ningún genocidio. Lo tengo que decir alto y claro porque es lo que pienso. He estado en México hace unos meses y he visto que se hablan 50 lenguas distintas en Ciudad de México, entonces es evidente que no hubo genocidio. No los matamos, sino que nos mezclamos con ellos. El propio Hernán Cortés con su novia nativa Malinche tuvo un hijo, Martín Cortés, al que quería muchísimo y declaró su heredero. Eso no es propio de un genocidio sino todo lo contrario. Sin embargo, en Estados Unidos sí que mataban a los indios, allí no hay mestizaje alguno.

 

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