El País Vasco abrirá sus cárceles para la “resocialización” de los presos, lo que va a significar, si no se impide, penas en semilibertad incluso para los etarras que están siendo trasladados allí. Para esto quería el Gobierno vasco asumir las competencias de prisiones, para abrir las puertas a los etarras, y el Gobierno español hizo el trabajo que le correspondía.