Juan Alberto Gómez
Alhaurín de la Torre se ha propuesto avanzar decididamente en su proyecto de Ciudad Aeroportuaria, una iniciativa a la que se encomienda como su mejor horizonte de progreso y de futuro.
El proyecto nace en 1999 de la mano del actual alcalde, el popular Joaquín Villanova, convencido de que era necesario amortiguar los desarrollos residenciales para no “hipotecar” la zona. Desde entonces, han pasado más de 15 años de resoluciones y procedimientos administrativos que han enfrentado a su ayuntamiento principalmente con la Junta de Andalucía. En julio de 2014 se produce un hecho decisivo. Con el proyecto bastante avanzado, se publican los Mapas de Peligrosidad y de Riesgo de Inundación a propuesta de la Consejería de Medio Ambiente.
El dictamen pone en entredicho no solo las miles de fincas junto al río Guadalhorce sino el desarrollo de la Ciudad Aeroportuaria pues limita enormemente su espacio. El ayuntamiento ha presentado diversas alegaciones, incluso ha redactado un contrainforme al detectar “importantes inconsistencias” y “dudas en las herramientas empleadas” que según el Consistorio, “ponen en evidencia su fiabilidad y rigor”.
Desde septiembre de 2010, fecha en la que se aprobó inicialmente el mapa autonómico, el proyecto de la Ciudad Aeroportuaria sigue enquistado, sobre todo, por la negativa de la delegación de Medio Ambiente de la Junta en darle luz verde.
La Ciudad Aeroportuaria tendrá un impacto equivalente al 4 por ciento del PIB andaluz. Generará una inversión superior a los 300 millones de euros y creará 25.000 empleos directos además de 80.000 indirectos. Hay reservados más de 1,7 millones de metros cuadrados que albergarán a empresas relacionadas con la industria aeronáutica, operadores logísticos, laboratorios; amén de inmuebles destinados a la industria farmacéutica, automovilística, I+D, hoteles, restaurantes, centros de formación, galerías comerciales, aparcamientos, etc.
La primera punta de lanza
En marzo de 2015, se inauguraba la primera fase de la Ciudad Aeroportuaria que comprende el complejo CSI-IDEA (Centro de Servicios Integrados para el Impulso y el Desarrollo Estratégico Aeroportuario). En él, se han invertido 3,5 millones de euros, de los que el 80 por ciento ha sido sufragado con fondos FEDER. “Es importante decir que Europa ha creído en este proyecto mientras Sevilla (refiriéndose a la Junta de Andalucía) no lo ha demostrado”, subraya el alcalde de Alhaurín de la Torre, Joaquín Villanova (PP). En su opinión, los beneficios que puede proporcionar “serán enormes” convencido de que “es el principal proyecto generador de empleo y riqueza, no solo de la provincia de Málaga sino de Andalucía”.
“Los beneficios de la Ciudad Aeroportuaria son enormes y es el principal proyecto generador de empleo y riqueza de Andalucía”
El primer regidor afirma que los 25.000 empleos directos y la inversión estimada de 300 millones, son “números ambiciosos pero no solo lo decimos nosotros. El PSOE también lo reconoció públicamente en boca de su portavoz municipal”. De cualquier modo, acusa a la Junta de seguir bloqueando el plan. “Acumulamos más de cinco años de retraso” y, para despejar las dudas sobre la implicación de la empresa privada, asegura que “interés de inversores siempre ha existido”
A pesar del bloqueo gubernativo, el Consistorio mantiene viva la futura infraestructura. Por este motivo, ya ha empezado a utilizar los dos edificios y ha destinado allí la sede del Área de Comercio, Empresas y Empleo.
El proyecto también contempla la creación de una zona franca empresarial con industrias vinculadas al Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol. “Si Sevilla o Cádiz tienen, ¿por qué no puede tenerla Málaga también”, se pregunta. Parece ser que el Ayuntamiento de Málaga persigue el mismo fin y ha reservado un millón de metros cuadrados en Churriana. Según Villanova, facilitaría “la implantación de grandes y pequeñas empresas” y “potenciaría la industria”, un elemento “imprescindible para asegurar un crecimiento económico de futuro”. La Ciudad Aeroportuaria incluye, además, la instalación de industria aeronáutica, también logística, sector TIC, restauración, comercio, etc. “No hemos querido cerrar la puerta a ningún sector”, puntualiza.
La aprobación del Mapa de Inundabilidad ha sido una mala noticia para Alhaurín de la Torre. “No se han tenido en cuenta las alegaciones”, ni siquiera “las de Málaga y las empresas de los polígonos industriales del entorno del Guadalhorce, que han quedado en una situación de absoluta indefensión”, reconoce.
Villanova insiste en que han hecho todo lo posible por hacer viable la iniciativa con frecuentes reuniones con empresas, el propio consejero de la Junta y la Fundación Ciedes con apenas resultado. “Es kafkiano”, se lamenta. El primer edil critica un plan de inundabilidad que “salió a exposición pública de tapadillo sin informar ni a los ayuntamientos ni a los vecinos” y reitera que hay “graves errores en el informe de la Junta”, y se remite al estudio de una “empresa técnica especializada”.
Desde el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, trabajan incansablemente para resolver las deficiencias del proyecto original, acota Villanova. Para empezar, van a habilitar una franja de seguridad de más de medio kilómetro a ambas márgenes del río. “Si la Junta no lo considera suficiente, todo puede enmendarse con las correcciones oportunas”.
En este punto, recuerda lo que se hizo con Ikea o Plaza Mayor. “Sólo hace falta voluntad política que, por ahora, no hemos visto”. El regidor se defiende de “las trabas” interpuestas explicando que “el diseño tiene en cuenta el Potaum (Plan de Ordenación Territorial de la Aglomeración Urbana de Málaga) de la Junta” donde “se reservaba exactamente los mismos terrenos para la Ciudad Aeroportuaria”. Villanova ve incomprensible que se aprobara en 2009 y superara los estudios de impacto ambiental y, sin embargo, “seis años después la Junta se salte su propia ley y apruebe un mapa de inundabilidad que entra en una contradicción flagrante” con dicho Potaum. “Ahora dice lo contrario, ¿En qué quedamos?”, se lamenta.
Los pasos para reactivarlo pasan necesariamente por mantener nuevas reuniones con Medio Ambiente e insistir “para encontrar la fórmula que sea precisa para desbloquearlo”, indica. “El desarrollo de Málaga y de Andalucía no puede seguir frenado por culpa de la burocracia”.
La estrategia de futuro ante este nuevo tropiezo es “aprobar el plan definitivo sí o sí aunque haga falta modificar la innovación original” de 2010. Villanova matiza que se irá “aprobando por fases en lo sucesivo” porque “no podemos postergarlo más”.