Los españoles nos hemos acostumbrado a convivir con grandes problemas sin saber bien todas sus consecuencias, incluso cada cierto tiempo nos acercamos al precipicio. Esta es una de ellas.
La tormenta perfecta. Un gobierno sustentado por partidos que defienden las consultas de autodeterminación o el cambio de régimen de monarquía a república es contrario a una lógica democrática constitucional. Se suma que el ritmo de creación de empleo se ha reducido a la mitad desde mayo, y que existe una “desaceleración generalizada por ramas de actividad”, y en un contexto internacional con el Brexit duro y la guerra arancelaria de Estados Unidos con la Unión Europea y China, de efectos negativos impredecibles. Y el Banco de España ha indicado que la tasa de paro seguirá superando el 14 por ciento al cierre de este año, que en 2020 todavía será del 13,2 por ciento. Al menos, un evidente estancamiento que coincide, además, con lo que ya advirtió hace meses el Fondo Monetario Internacional.
Los efectos de la sangría que provocarán las elecciones en quienes no vayan a gobernar es una de las claves. Rivera, imparte lecciones de ética política y con un partido más desunido que hace meses, y siguiendo el modelo del liberalismo socialdemócrata francés. Ahora las encuestas no le sonríen como en el 28 A. Ciudadanos se define impulsor de la justicia y la igualdad de oportunidades, y de libertades individuales en conquistas como el matrimonio entre personas del mismo género, el divorcio o el aborto, feminismo y de un laicismo trasnochado.
¿Dimitirá Rivera si Cs fracasa y vuelve a los 30 escaños anteriores? ¿Y Sánchez si vuelve a fracasar en formar gobierno? ¿Y Casado dimitirá si es incapaz de sumar diputados que consigan una nueva mayoría? ¿Si hay “batacazo” Iglesias cederá el testigo a su pareja y número dos en la coalición morada? Sánchez ha preferido jugar a los dados, paralizando el país otros tres meses más a los que se suman los cinco meses tras el 28 abril. Incluye en su programa electoral medidas para la España afectada por el éxodo rural que alcanza ya al 53 por ciento del territorio nacional? No.
Así, nadie en el PSOE ve peligrar el Gobierno. Los efectos perversos a la economía nacional, la confianza y estabilidad en los mercados, los problemas territoriales, la financiación autonómica, la parálisis institucional, son algo secundario para el presidente.
La Constitución establece, en su artículo 134.4, que «si la Ley de Presupuestos no se aprobara antes del primer día del ejercicio económico correspondiente, se considerarán automáticamente prorrogados los Presupuestos del ejercicio anterior hasta la aprobación de los nuevos«. En esta ocasión supone extender a un tercer ejercicio la vigencia de las mismas cuentas, las de 2018. La subida salarial de los empleados públicos pactada con los sindicatos para 2020 -un 2 por ciento fijo más un 1 por ciento adicional si el PIB crece más de un 2,5 por ciento- está en el aire, puesto que «no se puede hacer nada en la situación actual. También afronta dificultades la revalorización de las pensiones conforme a la inflación en 2020.
Un buen mirador sobre las perspectivas del desenlace de la batalla puede ofrecérnoslo los asuntos más debatidos durante la misma, especialmente el que los norteamericanos llaman el burning issue, el “tema candente que ha prevalecido”. En las últimas elecciones generales, el tema dominante fue la aparición de Vox, que movilizó a la izquierda, con el consiguiente récord de participación y una cómoda mayoría del PSOE. Ahora el “problema catalán” ha resurgido con toda su virulencia y amenaza con inflamarse aún más con la sentencia de los líderes secesionistas procesados.
¿Podrá demostrar el PP a los españoles que son un partido cercano a sus preocupaciones y con posición pública firme a los nacionalistas y soberanistas? El PNV ya ha aplicado a los ‘populares’ un cordón sanitario con el objetivo de asfixiarlo en Álava privándole de cualquier representación institucional.
El dato de participación será una de las claves en la jornada electoral. La evolución de Ciudadanos marcará así toda la campaña, con el PP y el PSOE a la caza de sus votos, pues ninguno de los “dos bloques” suma una mayoría suficiente para acabar con el bloqueo. De esta manera el baile de pactos postelectorales se vaticina nuevamente complicado. Quizás para alcanzar la mayoría absoluta será necesario el respaldo del secesionismo, bien explícito bien mediante la abstención. Y esto, tras la sentencia del 1-O es muy improbable.
Al margen de que lograr representación cueste menos votos en las provincias pequeñas que en otras más pobladas, las primeras encierran otra peculiaridad. La mayoría son de interior, con un perfil más rural y conservador, lo que dota al sistema de un sesgo ideológico que, combinado con el mayoritario, permite resultados como los de la UCD en 1977 y 1979, cuando acarició la mayoría absoluta sin llegar al 35 por ciento de los sufragios, una desviación que también ha concedido cierta ventaja histórica al PP y de la que ahora se ve beneficiado el PSOE.
En todo caso ganen unos u otros las elecciones del 10N se consolidará la ideología de género que ya se aplica en distintas Comunidades Autonómicas y estatales impulsando la sexualidad en la incorrecta y moralmente discutible dirección del reconocimiento de múltiples sexualidades e identidades sexuales y de género. El compromiso del PSOE, PP, CS y Unidas Podemos es absoluto. ¿Quiénes se oponen a esta inercia negativa que pretende que asumamos como normal la igualdad de sus derechos en todos los ámbitos de la sociedad para ese nuevo tercer género? Millones de españoles que rechazamos el “pensamiento único” de un adoctrinamiento hueco, errado y tergiversador.
La difusión en el campo de la Educación y en los medios de comunicación de la “ética individualista de la autonomía” es rechazable. Con determinación, ejemplos y participando en foros adecuados se puede ganar esta batalla. La clase política española se ha dejado seducir, en un camino único sin retorno para elevar a categoría de derechos inexcusables y a proteger que un comportamiento diferenciado en masculino y femenino es producto de la influencia cultural y social del entorno, asumiendo que la propia sexualidad depende más de los acontecimientos biográficos y sociales que las características naturales fisiológicas, en una “sociedad patriarcal”. Una gran farsa.
Y las 10.000 empresas que venden al Reino Unido, la mayoría pymes, se juegan cerca de 40.000 millones de euros, según datos del ICEX, siendo las de automoción las de mayor peso, con casi el 31 por ciento, seguidas de las de productos de origen vegetal (13 por ciento) y las de la industria química (7,3 por cirnto). Sin olvidar que, a nivel turístico, Reino Unido es el principal emisor de visitantes en España. Hay otros frentes en los que poner luz tras el régimen transitorio: trabajadores, Seguridad Social y migración.
Recientemente, tres elecciones generales han dado nítidos ejemplos de cómo responde la ciudadanía. En Austria, el partido ultranacionalista FPO ha sido severamente castigado por actividades ilícitas, en Israel el líder del derechista Likud ha perdido debido a sus tres imputaciones. En Portugal, el partido socialista ha ganado con holgura aprovechando las luchas cainitas de los partidos de la oposición. Por último, en Perú y Ecuador, atraviesan una crisis inaudita. En Ecuador, el gobierno socialista ha declarado el estado de excepción en todo el país en respuesta a las protestas callejeras por la eliminación de los subsidios a los combustibles. El presidente anunció el traslado de la sede del gobierno de Quito a Guayaquil, una medida sin precedentes. No importa que detrás de las revueltas esté el gobierno sanguinario venezolano o bases indigenistas antisistema. Se ha de gobernar para la ciudadanía, servirla y fomentar el bien común.