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La comunidad iraní en Málaga -principalmente en Fuengirola y Marbella– está muy satisfecha con el levantamiento de las sanciones de Occidente al país tras cinco años de su establecimiento con el beneplácito de Naciones Unidas para frenar su escalada nuclear. Transacciones financieras, seguros, reaseguros, petróleo, productos petroquímicos, tecnología en general, comercio en oro y diamantes y un largo etcétera de productos y servicios empiezan a normalizarse. Se calcula que el país persa recuperará el 4 por ciento del Producto Interior Bruto y, según el FMI, 3.210 millones de euros en inversión extranjera se esperan al año. En la práctica, Irán volverá a manejar sus activos y cuentas en el exterior y accede al sistema internacional de pagos (SWIFT), además de que puede volver a exportar petróleo -es el séptimo país exportador del mundo-.
Según miembros de esta comunidad en la provincia, ha sido un asunto muy duro para la población durante todos estos años. “El régimen va a coger dinero desde este momento”, aseguraron a El Sol Digital, “pero lo que realmente necesita es abrirse, aunque los ayatolás no lo crean así”, afirmaron las mismas fuentes. Las dudas de que llegue la apertura son muchas. Hay que tener en cuenta que en el país se necesitan piezas de repuestos de casi todo, de automóviles, por ejemplo, y a su vez los empresarios iraníes también quieren vender en España. Los cortes de electricidad son muy frecuentes y, entre otros problemas, perjudican la conservación de alimentos en instalaciones frigoríficas. Todos coinciden en que se abre un gran mercado con la desaparición de las sanciones. Las infraestructuras de todo tipo necesitan un gran desarrollo. Es un país de grandes oportunidades pero sin libertades. Hay dos Irán, uno es el oficial, el de los ayatolás, que puede representar el 10 por ciento de la población.
La financiación iraní a Podemos, a través de Hispan TV, no es muy conocida allí.
En febrero se celebrarán elecciones parlamentarias y solo el 3 por ciento de los candidatos reformistas han recibido el visto bueno de las autoridades para poder presentar sus candidaturas.
“Somos los nietos de la Revolución”, indicó a este periódico un empresario iraní afincado en la provincia, “y queremos levantar la economía, que está muy castigada”, a la vez que culpabiliza a Arabia Saudí de muchos de los males de Irán, “ellos son los que han contratado al ISIS”, remata.
En la provincia de Málaga hay unos 400 iraníes que van y vienen de su país, tienen permisos de residencia casi todos y los demás se mueven como turistas o como hombres de negocios. Todos esperan que ahora las cosas cambien porque han tenido y tienen muchos problemas aquí, para abrir una cuenta en un banco o para obtener visado. Málaga les resulta una interesante plataforma tanto para residencia como para sus movimientos y esperan que se establezca un vuelo Málaga-Teherán, al menos durante algunos meses al año. La mayoría de los iraníes en Europa se encuentra en Alemania, la gran comunidad, en España se localizan principalmente en Fuengirola y Marbella. El perfil del iraní aquí es el de varón, de 45 años, con familia pero que no quiere dejar de vivir en su país. Lo cierto es que, en general, son reacios a agruparse para evitar sospechas, aunque en Madrid hay una asociación.Los principales sectores en los que trabajan los iraníes residentes en la Costa del Sol son el tecnológico y las pymes manufactureras. El gran problema que destacan los iraníes residentes es el de los visados por parte de la embajada española, aunque España cae bien y no es considerada hostil. Los trámites en el consulado español “son el gran cuello de botella para que podamos invertir y trabajar con España”,