Woman sat on the beach applying sun cream Con la llegada del buen tiempo, a todos nos apetece salir a la calle y disfrutar del sol, pero no debemos olvidarnos de la protección solar. El uso de los protectores solares es de gran importancia para la salud de nuestra piel, tanto para la cara como para el cuerpo.
El sol nos aporta muchos beneficios, ya que proporciona energía y vitalidad y nos ayuda a formar en nuestro cuerpo la vitamina D, por lo que es bueno para nuestra salud, pero esto no implica que no tengamos que tener cuidado con él.
Los rayos solares UVA y UVB pueden modificar la estructura de nuestra piel, por lo que al usar cremas solares vamos a evitar la aparición de arrugas prematuras, manchas y lo que es más importante, prevenir el cáncer de piel.
Según el tiempo que nos expongamos al sol y según nuestro tipo de piel debemos usar protección con un SPF (factor de protección solar) u otro. El SPF nos indica la protección de la crema, por lo que cuanto mayor sea el número más protección proporcionará. Es muy importante elegir un factor de protección alto para la cara, ya que la piel de esta zona es más delicada y está más expuesta al sol.
Pensamos que los protectores solares son sólo para el verano, pero estamos equivocados, el resto del año contamos con muchas horas de sol, independientemente de la estación en la que nos encontremos y con el paso del tiempo la exposición solar sin protección tiene consecuencias negativas.
Unos buenos hábitos desde pequeños donde se incluya el uso de protector solar a diario va a evitar que en un futuro tengamos afecciones cutáneas.
Además, deben incluirse otros hábitos como son:
- No exponerse al sol en horas de mayor radiación solar (de 11.00 a 15:00 hrs.).
- Uso de gorras.
- Uso de gafas de sol.
- Beber abundante agua para mantener la piel hidratada.
En resumen, si queremos disfrutar de los beneficios que nos aportan los rayos del sol, no debemos olvidarnos nunca de nuestra protección solar diaria, para mantener la piel hidratada, conseguir un bronceado bonito y por el contrario no sufrir ningún tipo de consecuencias.