Un nuevo informe en la revista Science sugiere que el camino tecnológico para lograr la sostenibilidad ya ha sido allanado, y es solo una cuestión de elegir seguirlo.
El informe, escrito por un equipo internacional de investigadores, expone cómo la investigación en el campo de los nanomateriales para el almacenamiento de energía en las últimas dos décadas ha permitido el gran paso que será necesario para hacer uso de fuentes de energía sostenibles.
La mayoría de los problemas más importantes que enfrenta el impulso por la sostenibilidad se pueden relacionar con la necesidad de un mejor almacenamiento de energía.
La pregunta que enfrentamos es cómo mejorar la tecnología de almacenamiento de energía. Después de décadas de investigación y desarrollo, los nanomateriales pueden ofrecer la respuesta a esa pregunta».
La mayoría de todos los planes para la sostenibilidad energética, desde el Green New Deal al Acuerdo de París, hasta las diversas políticas regionales de emisiones de carbono, afirman la necesidad de frenar el consumo de energía y, al mismo tiempo, aprovechar nuevas fuentes renovables, como la energía solar y eólica.
El cuello de botella para ambos esfuerzos es la necesidad de una mejor tecnología de almacenamiento de energía.
El problema con la integración de recursos renovables en nuestra red de energía es que es difícil administrar la oferta y la demanda de energía dada la naturaleza impredecible de la propia naturaleza.
Por lo tanto, los dispositivos de almacenamiento de energía masivos son necesarios para acomodar toda la energía que se genera cuando el sol brilla y sopla el viento y luego poder inyectarlo rápidamente durante los períodos de alto uso de energía.
En la industria energética, en este momento, se podría decir que todavía estamos tratando de construir el silo adecuado para nuestra cosecha, y ahí es donde los nanomateriales pueden ayudar.
El costo de los nanomateriales en comparación con los materiales convencionales es un obstáculo importante, y se necesitan técnicas de fabricación a bajo costo y a gran escala.
El uso de nanomateriales eliminaría la necesidad de ciertos materiales tóxicos que han sido componentes clave en las baterías. Pero también sugieren establecer estándares ambientales para el desarrollo futuro de nanomateriales.
La humanidad sólo usa el 0,01% de la energía solar que recibe, y eso es algo que sólo puede cambiar si los paneles solares se vuelven más asequibles, comunes y eficientes. Cada día se lanzan al mercado más productos solares para aprovechar esa gran fuente de energía limpia.
Diseñados para capturar el doble de energía solar que los convencionales de tamaño similar, los paneles solares que encontramos en el Photon vienen con células solares monocristalinas altamente optimizadas y de alta eficiencia que ayudan a captar más energía, convirtiendo eficientemente la luz en electricidad. Toda la energía que se captura se almacena en una batería de 4000 mAh.
Las baterías vienen con carga rápida y un cable multipuerto 3 en 1 que le permite conectar cualquier dispositivo, ya sea un teléfono inteligente, un par de auriculares o cualquier otro accesorio que pueda llevar encima.
Se puede decir que ha comenzado un proceso de descarbonización energética que ha llevado a las energías renovables, como la biomasa, a ocupar un lugar protagonista de la energía mundial. Una transición que debe ser sólida y flexible, donde es necesario contar con todas las tecnologías y energías disponibles.
En lo que respecta a países donde la industrialización ha sido el motor de la economía, la biomasa está adquiriendo mucha fuerza. Este tipo de energía renovable supone ya el 9,2% del total de la energía primaria mundial y un 70, 2% de la energía renovable. En Europa, países como Francia, Suecia y Finlandia se encuentran a la cabeza de su desarrollo.
Actualmente, nuestro país ocupa el sexto lugar de Europa con 22 centrales termoeléctricas de biomasa y ha cerrado el año con alrededor con un 23% más de instalaciones de calefacción por biomasa, con un crecimiento aproximado de 46.000.
En lo que respecta al número de nuevas instalaciones en España, Andalucía es la comunidad donde se ha dado el mayor número de instalaciones en 2017 con 11.800.
La eficiencia de la energía por biomasa para calefacción es muy alta, además de ser económica y segura. En cuanto al ahorro energético, éste puede ascender hasta un 75% con respecto a la calefacción tradicional.
El día 6 de octubre el Consejo de Ministros aprobó la Hoja de Ruta del Hidrógeno, con la que busca impulsar un sector que movilice inversiones de 8.900 millones y que ayudará a que España alcance la neutralidad climática y un sistema eléctrico 100% renovable no más tarde de 2050. Sin embargo, no está diseñada la redacción de un necesario Plan Nacional del Hidrogeno.
El documento, cuyo desarrollo está contemplado en el Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, incluye 60 medidas y fija objetivos nacionales hasta 2030 alineados con la Estrategia Europea del Hidrógeno.
El documento también plantea que un mínimo de 25% del consumo de hidrógeno por la industria sea renovable en 2030. En cuanto a la movilidad, recoge la implantación de hidrogeneras, trenes y vehículos de transporte pesado propulsados por este producto.
Entre las medidas regulatorias se incluye, entre otras, la introducción de un sistema de garantías de origen que asegure que el hidrógeno se ha producido a partir de energía 100% renovable.
El hidrógeno puede almacenarse en estado gaseoso o líquido y distribuirse a través de gasoductos, pudiendo ser un sustituto del gas natural, y no emite gases de efecto invernadero en su combustión.
En función de su sostenibilidad existen tres tipos distintos de hidrógeno: hidrógeno gris, hidrógeno azul e hidrógeno verde. La opción más ecológica es el ‘hidrógeno verde’, producido a partir de energías renovables, una alternativa 100% sostenible que, sin embargo, es la menos común del mercado.
Es fundamental que la ciencia española y las empresas puedan participar en este proceso de desarrollo permitiendo crear conocimiento y ventajas competitivas a los sectores de la economía del hidrógeno, que revertirán en la sociedad a través de la generación de empleo, formación y conocimiento de alta calidad.
El hidrógeno verde es el futuro y la continuación de la revolución fotovoltaica. Andalucía tiene el mayor recurso solar del continente y debe explotarse al máximo. Como hemos dicho antes, todo el posible exceso de electricidad renovable debe canalizarse a producir hidrógeno verde.