El pasado domingo, 11 de julio, miles de cubanos salieron a la calle en distintas poblaciones para gritar libertad, y comida, y vacunas, porque nada tienen más que una dictadura comunista desde hace 60 años que los empobrece y encarcela.
Desde el interior hasta La Habana, y desde oriente a occidente, un parte del pueblo cubano se ha hastiado, como hace años con “el maleconazo” (1994) y gracias a internet lanza al mundo un SOS, aunque la dictadura desconectó la red para evitar que se conozca la represión que siguió a las protestas.
La convocatoria fue del movimiento San Isidro, de intelectuales y artistas, muchos presos, que levantaron su grito de “Patria y Vida” frente al fúnebre “Patria o Muerte” del genocida Fidel Castro. Su sucesor Miguel Diaz-Canel ha llamado a los comunistas del régimen a enfrentarse a lo mejor de su pueblo.
En España, la izquierda cómplice de la dictadura cubana, y de la venezolana, y de todas las que en el mundo son, calla, y su silencio la hace culpable, por omisión, de los golpes y de las balas de la más grande cárcel del Caribe.