Un 55 por ciento de los presos de ETA ha sido acercado a las cárceles del País Vasco y Navarra, la inmensa mayoría en los diferentes gobiernos de Pedro Sánchez, según datos actualizados por el movimiento Etxerat el pasado 5 de mayo y que tienen espacio temporal los diez años que se han cumplido en octubre del final del terrorismo. Con anterioridad a Sánchez, solo había dos internos en la prisión de Basauri, otro en Zaballa y otros tres en prisión atenuada en sus casas. Este es el punto final de la política de dispersión iniciada en los años ochenta como elemento de la estrategia antiterrorista, ahora Sánchez y Marlasca benefician como pueden a los presos de la banda asesina.

Los acercamientos se incrementaron desde junio de 2018, pero el paso más importante fue en 2021 con la salida de internos de las cárceles de Andalucía. De los 188 reclusos condenados por delitos de terrorismo y que pertenecen al colectivo de presos vascos (EPPK) 104 cumplen su condena en las cárceles del País Vasco y de Navarra, 65 lo hacen en el resto de España y otros 20 en Francia.