Debería abonarse a esta mazmorra el llamado Pablo Hasel, rapero, que horas después de conocerse su nueva condena a dos años de cárcel y a una multa de 24.300 euros por enaltecer el terrorismo e injuriar a la Corona, vuelve a difundir sus mismos mensajes en twitter con el nauseabundo comentario de “Mirad cómo me arrepiento”. Ese debe ser el concepto que tiene de libertad de expresión, jalear a los que quitan las vidas del prójimo. Si el Supremo avala la sentencia irá a prisión, aunque allí tampoco se arrepienta.