Lo de UGT y CCOO no tiene nombre. Visitan en la cárcel a uno de los responsables del golpe de Estado en Cataluña, Oriol Junqueras, demandan el pacto PSOE-Podemos, para seguir cobrando subvenciones del Gobierno, y ahora UGT, su ex cúpula, al banquillo. Tras seis años, el juez concluye su investigación con 14 imputados y eleva el fraude de las facturas falsas a 40,7 millones de euros. No es que no hubieran protagonizado UGT y CCOO, en distinta medida, muchísimo más la primera, casos de corrupción, especialmente con los cursos de formación, es que buscan un gobierno afín para seguir medrando del dinero público, no con las cuotas de sus pocos afiliados, que es lo que correspondería. Pase UGT a esta mazmorra y así se aleja de nuevas tentaciones.