El Papa Francisco otorgó el 23 de enero de 2022 por primera vez a un grupo de seis católicas, una de ellas española, y dos hombres, el ministerio del lectorado y acolitado. Un año antes había abierto a las mujeres el ministerio del lectorado y acolitado. Institucionalizaba así una realidad en algunas parroquias: la lectura de la palabra de Dios durante las celebraciones litúrgicas por parte de las feligresas y sus servicios en el altar para ayudar al sacerdote o, incluso, en la distribución de la comunión. Con aquél motu proprio distinguía entre los ministerios para los que es necesario la ordenación sacerdotal y los que basta con el bautismo y, por tanto, están abiertos a todos los laicos.