Aunque sea malagueño Alberto Garzón debe conocer esta humilde mazmorra y le invitamos a pasar, no ya porque haya jibarizado IU hasta límites insospechados -dos diputados y solo por Madrid en las elecciones del pasado diciembre- sino porque aunque joven sigue fiel a la vieja tradición comunista y felicita al dictador Fidel Castro en su 90 cumpleaños. Hace falta despreciar mucho la libertad y los derechos humanos para rendir este homenaje a quien tiene aherrojado a su pueblo, sin libertades y en la miseria, y encarcelados a sus opositores, cuando no muertos.
Si alguien rindiera un homenaje a una figura destacada de una dictadura militar de derechas, como Pinochet o Videla en su tiempo, por ejemplo, justificadamente habría que haber puesto en el grito en el cielo. Pero con los comunistas lo llevamos mejor. Sus víctimas no parecen las nuestras. Alberto Garzón, tan joven y tan viejo.