El Plan de Educación de Género aprobado recientemente por la Junta de Andalucía velará por el uso de un lenguaje inclusivo y no sexista en los centros docentes, en palabras de los responsables de la institución, sin tener en cuenta los informes de la Real Academia que analizaron las guías de la administración autonómica y determinaron que “conculcan aspectos gramaticales o léxicos firmemente asentados”. De seguir al pie de la letra estas guías “no se podría hablar”, según la RAE. Así, un profesor tendrá que dirigirse a sus alumnos y alumnas que son chicos y chicas, no podrá decir políticos sino clase política porque políticos es sexista, como andaluces, que deberá sustituirse por la población andaluza, o españoles por población española. Que estas barbaridades tengan lugar en los centros, precisamente, educativos dice mucho del bajo rigor cultural alcanzado en las instituciones, siempre sometidas al imperio de lo políticamente correcto.