La gentuza que apaleó inmisericordemente a dos guardias civiles en Alsasua (Navarra) no solo merecen que recaiga sobre ellos todo el peso de la ley sino también sobre Sortu, que los ampara y justifica. Estos comportamientos criminales y su cobertura política por la formación hija de ETA dan buena cuenta de cómo en Navarra y el País Vasco todavía perviven conductas violentas y de odio.
El comportamiento ejemplar de la Guardia Civil en la práctica de varias detenciones contrasta con los exabruptos de los partidarios de los terroristas. ¿Registran las organizaciones de derechos humanos esta violación de esos derechos humanos contra dos guardias civiles indefensos por una turba de unos cuarenta energúmenos?, ¿pone el mismo énfasis que en las falsas denuncias por torturas que presentan los abertzales? Cualquier miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que se salte la ley debe dar con sus huesos en la cárcel, esto es lo que defiende un demócrata, pero ¿defienden lo mismo los proetarras respecto a estos miembros de su cuadrilla?