Manuel Muñoz Medina, vocal de la Cámara de Comercio de Sevilla y presidente de la empresa Guadarteha ha tenido que dimitir del puesto cameral que ocupaba por la penosa tontería de simular un beso a la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, que dio a conocer el caso a la opinión pública. Aunque el empresario se defendió escudándose en que estaba ebrio, el hecho no deja de ser lamentable. Teresa Rodríguez tiene toda la razón en denunciar el suceso, aunque éste no revista demasiada importancia en sí, más allá de señalar hasta donde llega la estupidez humana. Sabiendo como saben todos los ciudadanos de qué son capaces los podemitas, jugar con ellos es jugar con fuego. Que les sirva de escarmiento a los que no se atreven hacer lo propio con tantos comportamientos fuera del marco constitucional que protagonizan los seguidores de Iglesias. Pero, ahora, pase usted señor Muñoz a esta mazmorra que le espera con la puerta abierta.