Aunque era algo constatable desde la transición política española, sigue sorprendiendo la potencia de la propaganda de la izquierda a propósito del juicio de los ERE -el mayor caso de corrupción de Europa, con dos ex presidentes de Andalucía y una ex ministra, entre otros, implicados- o de la corrupción de Compromís y el PSPV, apenas perceptible en los medios de comunicación, a diferencia del caso del máster de la presidenta de la comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y eso que nadie se lucró ni causó perjuicio a nadie en este supuesto de corrupción, absolutamente condenable si se confirma. La izquierda, con el apoyo mediático que la acompaña, goza de una impunidad sobresaliente.