Ya no es un secreto para nadie que el ex alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, libra una batalla política con el que fuera su portavoz en el Grupo Municipal, Ramón del Cid, que ahora comanda a sus concejales en la oposición. Dos estilos de enfrentar la acción política se baten, uno más autoritario e intransigente y el otro de maneras suaves y conciliador. En el fondo de la escena, Margarita del Cid, sobrina de Ramón, que podría aspirar a encabezar la lista popular en pocos años y que pertenece a la generación de Bendodo, el presidente provincial. El aparato del partido está con los concejales pero sin hacer sangre en la presidencia local, que ostenta Fernández Montes. Esta situación tiene un final cantado, mejor haría el ex alcalde, después de renunciar a su acta de concejal, retirarse de la primera línea política.

Juan Cassá fue interpelado la pasada semana por Alexandra Hornbostel, propietaria de la Aduana Vieja, por su interés en cerrar el Instituto Municipal del Libro, espetándole “¡qué poco te gustan los libros, eh!”, a lo que el político de Ciudadanos quiso responder sin conseguirlo satisfactoriamente. Un acompañante de éste le explicaba que Alfredo Taján era cliente de Alexandra y por eso lo defendía. No porque fuera censurable cerrar una notable institución cultural, no, eso no tenía nada que ver para este conmilitón.