Son demasiados los asuntos de los que este Gobierno no informa, burlando la necesaria transparencia de una democracia. No solo es el Falcon del presidente del Gobierno y quién se sube a bordo -tenemos derecho a pensar mal si no se nos informa-, también la venta de armas se nos oculta, el coste de algunos operativos del Ministerio del Interior -el coste, no el operativo en sí, que entendemos debe mantenerse con discreción-. Además, este Gobierno socialcomunista se ampara en una ley franquista de secretos oficiales y, por si fuera poco, se salta a la torera las resoluciones del Consejo de Transparencia. Todo muy ejemplar.