La policía francesa desmanteló el 4 de junio un campamento con 600 migrantes que se había establecido en un barrio a las afueras de Calais, el principal puerto de conexión con el Reino Unido. El propietario de las naves había presentado una denuncia por ocupación, lo que dio lugar a una orden de expulsión. Las autoridades quisieron evitar también que se reconstituyera “la jungla”, un campamento de miles de migrantes y que fue desmantelado. En España, no se evita la formación de guetos que provocan indefectiblemente la segregación social y actitudes marginales y de delincuencia. Pero el discurso europeo sigue en boca de los miembros del Gobierno, sus políticas respecto a inmigración no.