En un reciente artículo de opinión en el diario El Mundo -de 18 de febrero-, el secretario general del Gupo Socialista en las Cortes Generales, y a la vez, secretario provincial del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia, escribía con buen tino: “Los socialistas comprendemos hoy mejor que nunca el poder del Parlamento. Mientras, los líderes de las nuevas viejas izquierdas proclaman su desprecio por él, por la democracia representativa, lo que no sorprende en nada a quien escribe porque sabemos por qué enmascaran su devoción por el autoritarismo dogmático con el disfraz de un controlado asamblearismo de plaza o pabellón”. Más adelante, señalaba que las grandes conquistas sociales se han logrado por los votos en sede parlamentaria. Acertadas palabras las de Heredia que contrastan con las delicadezas del lenguaje con que se desenvuelve PP en relación a los podemitas. Hay quienes sostienen que los alentó Soraya Sáenz de Santamaría para destrozar a PSOE, lo que ha conseguido, pero aunque se trate de una versión apócrifa, el mimo con que se les obsequia desde el centroderecha político no se corresponde con la acritud de los personajes.