La Sonrisa de Gioconda - ESD158 - El Sol Digital
La Sonrisa de Gioconda – ESD158

La Sonrisa de Gioconda – ESD158

Terminamos la columna anterior con una meditación sobre las causas que llevaron al mundo occidental a esa serie de conflagraciones. (sigue). Es necesario para comprender el sigo XX y el actual remontarnos a las motivaciones que han servido como palancas o motores para mover el mundo y a sus moradores. En los albores de la humanidad fue la ignorancia, y aún lo es en demasiados sitios, el factor predominante. Miles de años las tinieblas de la agnosia colectiva mantuvieron el mundo poblado en una situación de noche permanente. El hombre buscaba satisfacer sus instintos primarios, la conservación y la reproducción, como podía, y para ello había de luchar sin tregua y sin descanso contra los demás. Eran individuos aislados, familias, tribus o colectividades sin organización y sin normas; más que las naturales. Con los descubrimientos avanzó la humanidad y aprendió a convivir en sociedades más estructuradas, que ya se fueron dando leyes. Aparecieron las ideologías políticas, religiosas, económicas… y con ellas la intransigencia por las de otros y el fanatismo, que produjeron otros enfrentamientos. Y como un leitmotiv subyacía siempre la ignorancia, que era fomentada por las clases dirigentes de las colectividades, en especial en los sistemas dictatoriales, como ocurre hoy en muchos donde subsisten. Había ya pueblos organizados, nacionalidades después y estados cada vez más modernos y estructurados; y las jerarquías impusieron su dominio, unas veces por la fuerza, casi siempre, otras por la aglutinación alrededor de una idea religiosa, las más de ellas, o política en otras posteriores. Pero también, y de manera paralela, aunque esto también estuviera antes latente o manifiesto, surgieron la codicia y la ambición por los bienes de otros, individuos o colectividades, que acarrearon disputas, guerras y conflictos. ¿Qué otra cosa fueron los grandes imperios, hasta los que se pueden considerar teñidos de más altos ideales y propósitos más dignos? Y sobrevolándolo todo y en todo tiempo el ansia de poder, el cual ha sido, y es, el primer impulsor, el primordial acicate y el prioritario estímulo para el comportamiento humano, más que el dinero o el sexo, que han ocupado un lugar secundario y supeditado a aquel. (seguirá). Richerdios.

CABRA DE LUNA ABOGADOS

Deja un comentario

El email no será público.