2018 toca a su fin. El 2019 traerá consigo los tradicionales propósitos de año nuevo, que en unos casos se cumplen y en otros no. La sociedad española tiene en su lista de propósitos uno de gran importancia: la obligación de enfrentarse a la ludopatía, un gravísimo problema que ha vuelto para quedarse si no se pone remedio. Málaga fue la provincia andaluza que más gasto por habitante registró en juegos de azar durante el año 2017 con un gasto total de 507 millones de euros, una barbaridad. A falta de conocer las cifras de 2018, los datos son preocupantes. Las máquinas popularmente conocidas como tragaperras son el mayor pozo del juego de azar en la Costa del Sol.
El problema más serio, aún si cabe, está en el mundo online, hablamos de las casas de apuestas. La omnipresencia de estas compañías en nuestro día a día es atosigador, pues encontramos su publicidad en todos los soportes posibles. Son ya conocidos algunos casos de personas que han visto arruinada su vida por el vicio que ofrecen las apuestas deportivas, que utilizan promociones para nuevos usuarios como un jugoso anzuelo de difícil digestión. Las asociaciones de ludopatía no se cansan de advertir del más que preocupante problema, ya que incluso menores de edad se las ingenian para apostar a través de triquiñuelas como utilizar el dispositivo de uno de sus padres. La apuesta segura en 2019 será dejar de apostar.