La semana pasada escribíamos sobre el incivismo y como la sociedad ha aceptado resignadamente que numerosas acciones fuera de la ley sean vistas como algo habitual. El caso de Julen ha puesto de manifiesto la existencia de pozos ilegales. Según los datos recabados durante los últimos días, existen miles de pozos ilegales en Andalucía. En Totalán es una práctica habitual que las fincas traten de construir pozos, ya sea con mayor o menor éxito.

Seguro que más de uno se habrá puesto a tapar agujeros ahora que le ha visto las orejas al lobo. Tan triste como cierto es que las malas conductas requieren de un acicate para que el infractor se dé cuenta de que sus actos son peligrosos para terceros. Para colmo, se conoce que entre cientos de miles de pozos fallidos en España casi ninguno ha sido tapado de la forma correcta, pues el método general es ponerle una piedra o chapa encima y ya está. En el peor de los casos, ni llegan a taparse, convirtiendo el fallido pozo en una trampa en toda regla. Una vez más la necesidad de tomar medidas apremia.