El pasado 3 de marzo se demostró en Madrid que muchas actividades tradicionales siguen teniendo de forma merecida su lugar en España. Las más de 200 asociaciones que convocaron la marcha en la capital son los verdaderos conocedores del entorno rural de nuestro país. En estos tiempos en los que lo políticamente correcto y el quedar bien están por encima de todo alguien debía levantar la voz. La caza y la pesca son tradiciones que acompañan al ser humano desde la época de las cavernas. Los gobernantes deben ser los primeros en aclarar que en numerosas ocasiones es la caza el factor que evita problemas, como la superpoblación de especies.
Las corridas de toros, como no podía ser de otra forma, son un espectáculo artístico español que se debe defender. El toreo es una tradición española que aporta no solo espectáculo, también atracción turística y numerosos puestos de trabajo, y esto último es algo que no sobra, precisamente. España debe proteger sus tradiciones y su entorno rural, criticar todo lo que se mueve no tiene más objetivo que oponerse para buscar un lugar bajo el sol.