La Gioconda muestra esta semana una sonrisa de complejidad, de no entender lo que está pasando a su alrededor. Abril y mayo traerán consigo semanas de frenesí político que son de una importancia capital para España. Las personas que luchen en las urnas por entrar en las instituciones deben ser los mejores, los más preparados y dotados de capacidad. Los partidos, en cambio, parecen no buscar el mejor perfil posible. En el PP Pablo Casado ha optado por difuminar todo rastro de la etapa Mariano Rajoy. Algunas de sus apuestas han sido de asombro, debido a que los elegidos han pasado por delante de otros nombres, como es el caso de Carolina España. La decisión, realmente catastrófica, ha sido la elección de Juan José Cortés como número uno en la provincia de Huelva, pues esta persona no supera la categoría de personaje mediático. Apostar por el show es arriesgado, pero el volantazo ya está dado.
En todas las casas se cuecen habas, ya que el reciente “pucherazo” de Ciudadanos en Castilla y León ha sonrojado con motivo a la formación naranja. Sánchez también se sacó de la chistera un candidato con solera, como es el caso de Pepu Hernández, que tras Imbroda es el segundo exseleccionador español de baloncesto que entra en un partido, que se prepare Sergio Scariolo ya que estamos. Podemos también tiene su cuota, por supuesto. La pasada semana Óscar Guardingo, portavoz adjunto del partido en el Senado, renunció a estar en la lista de En Comú Podem para las próximas elecciones debido al proyecto de país que tiene la formación y su falta de “salud democrática” en las primarias del partido. Que Dios nos coja confesados, señoras y señores.