Hace dos domingos millones de personas asistieron con emoción y seguramente una pizca de ansiedad a la vuelta de Juego de Tronos. La serie es un éxito sin lugar a duda, pues se ha situado en la élite ganando premios Emmy e incluso llegando a publicitar su nueva temporada en el intermedio de la Super Bowl, que es el espacio publicitario más prestigioso y caro del mundo. La vuelta de esta gran serie coincide con el frenético mes electoral que vive España. La política española era un juego de tronos mucho antes de que existiera la serie, por supuesto. Los candidatos se muestran estas semanas cuando y donde haga falta, pues hemos visto entrevistas en un diario deportivo, en programas de entretenimiento e incluso en la noche deportiva radiofónica. Esta saturación de visualizaciones hace llegar a pensar que los dirigentes de los partidos se creen Juan y Medio en Canal Sur.
Todo esto no sería entretenido si los propios protagonistas no diesen algo de que hablar. La pasada semana Pablo Iglesias acudió con Alberto Garzón a la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga a dar un mitin, sí sí, un mitin. Los representantes de Podemos y sus tres acompañantes, entre los que se encontraba Maíllo, no recibieron pregunta alguna de los asistentes. Otro detalle del acto fue la no presencia de la bandera de España en la sala, pues la bandera que habitualmente se encuentra en el aula magna de la Facultad se marchó y volvió misteriosamente al acabar el acto. Por su parte, los líderes de PP, Ciudadanos y VOX acudieron al programa de Bertín Osborne, eso sí, por separado, que nadie piense que Bertín Osborne iba a estar allí con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias esperando para un debate a cinco (risas).
