La Sonrisa de Gioconda - ESD205 - El Sol Digital
La Sonrisa de Gioconda – ESD205

La Sonrisa de Gioconda – ESD205

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado el agotamiento profesional, lo que viene siendo ‘estar quemado’ (en inglés ‘burnout’) como enfermedad laboral en su clasificación internacional. Las principales consecuencias que provoca en el profesional son una reducción del rendimiento laboral y un estrés crónico. Esto puede ser motivado, asegura el organismo internacional, por una carga desmedida de trabajo o la toma de responsabilidades que exceden su cometido.  En casos extremos, el trabajador se ve impotente ante la escasa capacidad que tiene para resolver problemas que se le plantean a diario.

El Louvre, el sancta sanctorum del arte mundial, se veía obligado a cerrar sus puertas hace escasas semanas. No lo hizo por una alerta terrorista, ni por la remodelación de alguna de sus alas; ni tan siquiera por un fallo en los sistemas de acceso. Lo hacía abrumado por el éxito.

En 2018, el Louvre registró 10,2 millones de visitantes, un 25 por ciento respecto al año anterior. Un auténtico récord del que muy pocos espacios pueden presumir. El museo clausuraba sus puertas ante la imposibilidad de gestionar tal avalancha de visitantes. Este inusitado logro ha puesto al personal de vigilancia y atención al público al borde del colapso. Tanto es así que el número de bajas por agotamiento y enfermedad se han multiplicado en los últimos meses.

Me decía un experto, en comercio internacional, que la mayoría de empresas españolas mantienen sus equipos bastante exiguos. De hecho, cuentan con poco margen para digerir cargas de trabajo extraordinarias. Este tamaño anómalo no es ilógico ya que responde al adelgazamiento que abordaron para capear los peores lances de la crisis. No lo tuvieron fácil. Eso sí, trascurrida la tormenta, las condiciones han cambiado sustancialmente. Sin embargo, esto no se ha traducido en la contratación de personal. Suponemos que, con el miedo todavía en el cuerpo, los ejecutivos anteponen la prudencia al lógico crecimiento empresarial. Por otro lado, la incertidumbre internacional combinada con la última cascada de elecciones, tampoco han ayudado mucho. Dicho esto, es necesario que adopten una estrategia real y, ¿por qué no?, también más ambiciosa. La situación que antes describíamos de ‘quemazón’ aflora, sobre todo, en equipos incapaces de desarrollar su trabajo bajo condiciones normales. En esta coyuntura desfavorable, surge la desmotivación, el estrés, y la falta de sinergia entre departamentos. Su principal preocupación no son ya salarios más elevados o bonus por objetivos. A estas alturas les preocupa bien poco. Demandan personal, más ayuda en sus tareas o especialistas que refuercen los nuevos departamentos que surgen. Pongamos, por caso, el de internacionalización o el de marketing. ‘Hacer más con menos’ puede quedar bien como axioma teórico, sin embargo, en la práctica degenera en plantillas colmatadas, extenuadas y con poca capacidad de maniobra, toda vez que desmotivadas. Y como decía otro amigo, un buen clima laboral espolea la productividad.

 

CABRA DE LUNA ABOGADOS

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