“Los españoles desechan cerca de 63 kilos de comida cada año ya que, de media, tiran alrededor del 20 por ciento de la que compran, lo que supone una pérdida anual de 11.000 millones de euros”. Esta noticia me ha hecho pensar en ese problema que no es nuevo y que se acentúa aún más en estas fiestas en las que el derroche y la compra masiva de alimentos alcanzan las mayores proporciones, con lo que luego mucho de lo adquirido se tiene que tirar porque no se consume en fecha. Además, las comidas y cenas pantagruélicas casi obligan a las personas a poner en la mesa mucho más de lo que se puede consumir, muchas veces por vanidad o alarde, y, aunque al día siguiente o los posteriores algunas cosas se aprovechen, hay muchos otros productos perecederos desechados. En general, y no solo en estas fiestas, el porcentaje de lo que tiramos los españoles alcanza el 18 por ciento de lo adquirido, lo cual es una cifra alarmante. Países de nuestro entorno han adoptado diversas medidas para intentar atenuar este derroche, pero parece que nosotros no hacemos nada al respecto. Existen en las redes sociales algunos portales con consejos para hacer un consumo más racional y comprar de manera más ordenada y previsora, pero pocos son los que los siguen. La insolidaridad es la norma y no la excepción. No es que con ello se evitara el hambre en el mundo, que depende más de otros factores, entre ellos la adecuada distribución de la riqueza, pero quizá se paliaría un tanto.
Richerdios