Al parecer llega el frío, relativo, a Málaga. Se anuncian temperaturas mínimas de unos 4º centígrados, lo cual, comparado con los doce bajo cero que están alcanzando ya algunas capitales de ambas mesetas, es casi calor. Y es que esta ciudad, y ya es un tópico, resulta ser de las más amables en cuanto a clima de todo el país. No obstante, los locales sentimos frío. Pero acompañando al frío llega, o ha llegado, una epidemia de gripe, que está afectando a la población española y local, en especial a las edades más provectas y las más tiernas. Y con tantos enfermos las urgencias y las consultas están atestadas y no dan abasto. Pero no lo dan en general, aun cuando la epidemia no estuviera en su apogeo. Esto es ya habitual. Y sobre todo en Málaga, de la que últimamente me han llegado unos datos que alarman: Málaga es la provincia con menos médicos y enfermeros y con menos camas públicas por habitante de toda España, con las listas de espera más largas de Andalucía, hay 1.000 médicos menos que antes, los hospitales de Ronda y Guadalhorce están cerrados, los hospitales de Estepona y Fuengirola-Mijas siguen sin empezar, el hospital Costa del Sol continúa sin acabar, el Marítimo de Torremolinos está en estado pésimo, hay colapso de urgencias en el Clínico y Carlos Haya y, por último, existe falta de dotación material y personal en hospitales comarcales y consultas. Un panorama desolador que dice muy poco de la actuación de la Junta de Andalucía en este aspecto tan primordial como es la sanidad.
Richerdios