Nuevo y grave atentado de los yihadistas, esta vez, como ya se temía desde hace tiempo, en la sede el gobierno de la Unión Europea: Bruselas. Bélgica es el país que en mayor número acoge y exporta a estos terroristas, bien que contra su voluntad. Se comprueba de esta forma que la parcial intervención militar no pasa de ser una tirita para curar la profunda herida: algo así como nada. Ya hace mucho tiempo dije públicamente en foros y tertulias que solo logrando terminar con las fuentes de financiación de Isis, Daesh, el estado islámico, o como se quiera llamar, se lograría acabar con ellos. Pero son diversos los intereses económicos que lo impiden y muchos países los que comercian directa o indirectamente con ellos, en lo que se refiere a las armas y el petróleo de forma preferente. La condena mundial es casi unánime, pero varios estados y grandes multinacionales se comportan de manera hipócrita en el asunto. Países como Arabia Saudí, entre otros, se sabe positivamente que les prestan apoyo económico y físico, pero muchas naciones, incluida la nuestra, siguen comerciando con estos y les venden armas, que al final pueden llegar a manos de los terroristas, de los cuales los que ejecutan los atentados actúan en territorios europeos y son europeos de nacionalidad, viviendo entre los demás europeos. Pero, para perpetrar los atentados, se precisa infraestructura y dinero que sustente la organización. Sin atacar de forma efectiva la economía de ese grupo no se logrará nada y habrá más atentados que condenar en el futuro. De momento, es el dios dinero el que manda en este asunto como en casi todos los demás.
Richerdios.