En estos días se está hablando reiteradamente de los llamados papeles de Panamá, que involucran, en todo el planeta, a diversas personalidades tanto del mundo de la política y de la empresa, como de la cultura, el deporte u otros campos. No voy a entrar en los detalles de este asunto, pues ya deben ser ampliamente conocidos por todos. Sí voy a destacar que ha sido una filtración que en España está siendo divulgada por El Confidencial y La Sexta. Unos casos pueden ser legales, aunque no ciertamente muy morales, y otros acaso no. Cada uno deberá ser examinado con detalle por las autoridades de cada país y determinados los posibles delitos que haya podido haber. Pero lo cierto es que es un fuerte golpe a los paraísos fiscales. Precisamente, el panameño había sido sacado de la lista por el gobierno de Zapatero para apoyar a la empresa Sacyr y el consorcio GUPC, que participan en la construcción de Canal de ese país. En todo caso, lo que sí queda claro, como vengo denunciando repetidamente en estas páginas, es que es el dinero el que marca los pasos a seguir por la política. Dudo de si, como dicen algunos, este será un golpe de gracia a los paraísos fiscales y que tras este escándalo saldrán otros. Yo no lo tengo tan claro. El dinero tiene muchas formas de defenderse y doy por seguro que este desliz será tapado o soterrado con el tiempo, aunque haya muchos nombres que quedarán manchados por ello; pero a la larga todas las aguas volverán a su cauce y las cosas seguirán como están; lo que ya es triste y desesperanzador.
Richerdios.