Continúo con el asunto de los papeles de Panamá, ya que, tras una semana, están aún de más actualidad. Son numerosos los nombres que siguen apareciendo y algunos muy significativos. Me mantengo en lo que dije la semana pasada: que con el tiempo todo esto se quedará en agua de borrajas, pues ya se encargarán de ello los poderes económicos; pero lo que sí es evidente es que muchos nombres quedarán señalados y muchos ídolos caerán. No serán los mismos para todos. En el mío en concreto se desmorona mi admirado Vargas Llosa; como persona, no como escritor. Para otros se derrumbarán gentes del cine como Pedro Almodóvar o Imanol Arias; los aficionados al fútbol u otros deportes lamentarán que nombres señalados se vean comprometidos. Y, por otra parte, desde el principio quedaron tocados los aledaños de la monarquía y ahora lo es el gobierno en la figura de su ministro de Industria. Antes lo fue un ex ministro y en el presente comisario europeo, aunque por causa de su mujer. Eso en España. En el resto del mundo han dimitido figuras como el primer ministro de Islandia y están afectados el del Reino Unido y el de Argentina entre otros. Unos caerán y otros no. No desde luego los que pertenecen a países no democráticos, que hay varios. Pero en todo caso hay que destacar que esta lista es solo la de un, para casi todos, paraíso fiscal y de una firma: la Mossack Fonseca. ¿Qué pasaría si salieran los de todos -y todas- los que existen? No quiero ni pensarlo. O sí.
Richerdios.