Ha quedado visto para sentencia el juicio por fraude fiscal contra el futbolista Messi y su padre. En sus declaraciones el jugador se ha justificado acusando a su papá y asegurando que firmaba lo que le ponía delante sin leerlo, pues no pensaba que le iba a engañar, si bien no afirma que tal cosa hiciera. Se advierte que todo está pactado entre ambos y que el padre cargará con la posible culpa y pena y el hijo se irá de rositas. En todo caso eso es lo que solicita la fiscalía al considerarle inocente, si bien la abogacía del estado pide para el jugador una pena de cárcel semejante a la del padre. Ya está arraigada esa costumbre de descargar las culpas, en los delitos de corrupción, blanqueo o fraude fiscal, sobre todo en los maridos, como si siguiera vigente la antigua ley que hacía a las esposas ser tuteladas por los respectivos cónyuges en cualquier actividad mercantil. Pero los tiempos ya son otros y las mujeres no son analfabetas en general ni ignorantes de su responsabilidad en ese tipo de asuntos. Ni tampoco los niños ya creciditos como Messi, que es además el que gana el dinero y por eso es por lo que su padre arrostra la responsabilidad, ignoran que el desconocimiento de las leyes no exime de su cumplimiento. Pero al parecer escudarse en lo que hace el papaíto disculpa al nene de toda responsabilidad. O al menos eso es lo que cree el fiscal. Ya veremos lo que dicen los jueces en su sentencia.
Richerdios.