Pablo Díaz y Julio Andrade, dos empresarios que visitaron Silicon Valley
Vicente Almenara.- Pablo Díaz (Grupo Arelance) y Julio Andrade (SFT) son dos jóvenes empresarios malagueños que recientemente han viajado a los EEUU, a Silicon Valley, en California. El viaje estuvo organizado por la Cámara de Comercio, el PTA y la UMA. Es un viaje multisectorial, por lo que no está solo orientado a empresas tecnológicas. Se ha tratado de conocer en el terreno el lugar más destacado del mundo desde el punto de vista tecnológico para que Málaga se pueda inspirar en este modelo. Estas son las conclusiones de la visita.
- ¿Hay algo parecido entre el Silicon Valey de Málaga, el PTA, y San Francisco?
- (J. A.) El clima y la voluntad. Muchas de estas empresas subcontratan o crean filiales en Europa y en Málaga encuentran también un buen lugar. No se trata de copiar, sino de mostrar una alternativa.
- ¿No es imposible?, aquello es tan distinto…
- (J. A.) Todo es distinto, de hecho, hay un ecosistema financiero, en muy poco espacio se encuentra una gran masa de inversión económica dispuesta a buscar negocio a nivel mundial y que no esté enfocado a una sola zona sino que tenga proyección global. Hay inversiones de fácil acceso, me refiero a particulares y fondos de inversión.
- ¿Qué tipo de empresas visitasteis en Silicon Valley?
- (P. D.) Visitamos dos tipos de empresas, la gran multinacional tecnológica, que a todos nos suena, como Apple, Google… Allí te presentan la empresa, hacen una visita guiada para que puedas ver el funcionamiento… Te das cuenta de que empresas que son muy fuertes a nivel internacional tienen mentalidades totalmente distintas. Google tiene una mentalidad abierta, de compartir proyectos, los departamentos están abiertos, ya que trabajan entre ellos, y Apple siendo la numero uno en el mundo a nivel de capitalización está más sectorizada internamente, cada departamento es más individual. Son empresas que pueden competir entre ellas, incluso el tema de los datos es más importante que sus propios productos y ves cómo tienen modelos de trabajo diferentes.
- Habrá protección contra el espionaje industrial…
- (P. D.) Nadie habló específicamente de eso, pero es evidente. Nada más entrar en las empresas ves un control exhaustivo. Por ejemplo, cuando entramos en Apple nos comentaron que estaba prohibido fotografiar a cualquier persona que vieses con un ordenador o cualquier otro dispositivo. También visitamos otro tipo de empresas, las start up de nueva creación, además la mayoría eran españoles, las han creado en Silicon Valley y tienen cierto prestigio y éxito. Estuvimos en varias que llevaban ya sus ocho o diez años, tenían un nicho concreto dentro del sector tecnológico y sobreviven en una auténtica vorágine, sobre todo en sentido laboral.
- ¿Cuál es la conexión con las universidades más próximas?
- (P. D.) Nosotros estuvimos en la universidad de Standford y vimos que está ligada a Silicon Valley y nos dimos cuenta de que hay una cultura del emprendimiento bastante importante. Los alumnos reúnen todos los requisitos, tanto intelectualmente como culturalmente, para que salgan no solo colocados en cualquier empresa sino para que ellos mismo quieran emprender sus proyectos empresariales. El durante es muy importante, cualquier proyecto de investigación está financiado por las empresas o los fondos de inversión, por lo que tienen un apoyo que aquí no lo encontramos, incluso a nivel privado. La matricula de los alumnos por año en esta universidad son unos 70.000 – 80.000 dólares (solamente el año escolar, la matrícula), quien entra ahí es por su currículum, el dinero es lo de menos.
Silicon Valley llega realmente desde San José hasta San Francisco, 80 kilómetros, aproximadamente, se unen dos ciudades donde se concentran empresas, conocimiento, creación, inversión… Y a nivel de Estado, California es la quinta potencia a escala mundial. En el sur te encuentras la industria del cine, que también mueve mucho dinero, y en el norte te encuentras con Silicon Valley.
- ¿Y la multiculturalidad?
- (J. A.) Sí que existe, allí el criterio importante y que se tiene en cuenta no es el racial o el del origen, sino el del talento por encima de todo, y esto funciona porque están atrayendo lo que realmente buscan, que es el conocimiento. Es curioso que, precisamente, el potencial que tiene China -que a nivel económico no tienen problema- a nivel de talento también está a la altura, en Silicon Valley hay un talento asiático importante.
- Y en cuanto a aplicar en vuestras empresas algo de lo que visteis, ¿qué pensáis…?
- (J. A.) Lo que más nos gustó es que la gente no tiene miedo. Las empresas no tienen esa visión del riesgo que hay en España, no tienen esa ansiedad de monetizar y facturar anualmente, porque son proyectos a largo plazo que, desde el punto de vista del accionista, pueden ser rentables. Evidentemente, eso se mantiene porque existe un ecosistema de inversores, de empresas, que están inyectando capital y que se mantienen porque creen que la empresa en cuestión tiene potencial y va a generar ingresos en un futuro; por ejemplo, Twitter realmente ha empezado a tener ingresos un par de meses antes de nuestra visita, es más, su fundador se fue y ahora ha vuelto, y Amazon se ha tirado años y no ha tenido ningún beneficio. Realmente, movilizan a miles y miles de usuarios y eso es lo que realmente interesa en un futuro, ahí es donde va a estar todo. El mercado laboral tiene mucho más movimiento allí, el trabajador medio de una empresa está un año y medio o dos como mucho, cambian continuamente e incluso se van de una empresa teniendo hasta bonus para captarlos durante más tiempo, el talento se va moviendo de una empresa a otra, de un día para otro, prácticamente; hay una media de cinco días de cambio entre una empresa y otra. No existe paro. Nosotros constituimos la empresa solos, porque en la notaría no nos ayudaban, hay muchas limitaciones, aquí es imposible montar una empresa de ese calibre, por lo que te das cuenta realmente de cómo está formado este sector en cada país.
Un gran reto que tienen las empresas allí y que estamos empezando a notar aquí en España es la retención del talento. Eso es superdificil, a las empresas les está costando mucho. Pierden dinero en cuanto un trabajador se va al año, esto realmente no es productivo para la empresa. El mercado estadounidense es muy dinámico, pero están empezando a tener problemas por tanta rotación. De hecho, hay empresas vinculadas al extranjero donde hay trabajadores de ciertos departamentos, en este caso españoles, y les pagan el doble que aquí en España y lo sostienen en una filial de la empresa en este país, a este tipo de trabajador lo tienen fidelizado. Realmente, allí el tema del dinero es lo de menos, lo que valora un trabajador son otras cosas no tangibles.
- ¿Esto ocurre solo en los trabajadores jóvenes que no tienen experiencia laboral?
- (J. A.) No, esto ocurre con cualquier tipo de trabajador. Aunque sí es cierto que este es un mercado demasiado moderno y la edad media no es tan alta. Hay una brecha generacional.