Libro de Hojas de Quejas y Reclamaciones - ESD168 - El Sol Digital
Libro de Hojas de Quejas y Reclamaciones – ESD168

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RENFE penaliza las bicicletas y otras incidencias de un viaje

Un ciudadano se queja amargamente de su suerte con RENFE. Ha de utilizar el tren con una frecuencia semanal para desplazarse de Málaga a Cádiz. No recuerda ninguna ocasión en que el tren haya salido a su hora. Pero, como tantas veces hemos publicado en este periódico digital, se suceden también otras incidencias. En esta ocasión nos referimos a las (en plural) del pasado jueves 13 de septiembre. El viajero, previsor, sacó sus billetes, ida y vuelta y con bicicleta la ida, el día 11. Pues bien, no le podían expedir un billete combinado Málaga-Cádiz -hay trasbordo en Dos Hermanas, donde se debe esperar otro tren- porque llevaba bicicleta, por la que cobran tres euros. Así que, al no expedírsele el combinado, paga una tarifa mayor, con lo que se penaliza la bicicleta. Esta es una apuesta en toda regla a favor de la movilidad con este medio de transporte no contaminante. Hay que decir que el viajero utiliza la tarjeta dorada para personas mayores de 60 años.

Día 13, antes de las 14.08, hora de salida, el cliente del monopolio ferroviario está en la estación María Zambrano dispuesto a subir al tren, que por supuesto no sale a la hora fijada. Aunque tiene marcada la plaza 2B del coche 3 para su bicicleta resulta que no hay tal plaza ni alojamiento para la bicicleta. Una nueva apuesta por las bicis y un incumplimiento del título de viaje. El revisor le dice al viajero que haga el favor de bajar la bici al anden y que vaya al coche 1, más lejos de donde tiene el usuario su asiento reservado, plaza 156. Le dice este viajero a dicho revisor que tiene un contrato de viaje y que la bicicleta no tiene plaza y le contesta el empleado que el billete… en fin, que les han puesto este tren que estaba no sabe dónde. Así se defienden los derechos del viajero en RENFE y se respetan los títulos de viaje. Bueno, pues se sujeta como se puede con correas para sillas de rueda la bicicleta y se sienta el pasajero en un asiento que no es el suyo, al que el revisor no le puede asegurar que sea de otro usuario alguna estación más allá.

El tren sigue acumulando retrasos de 10, 20… minutos. En el billete -que ya sabemos lo que vale- se fija la hora de llegada a Dos Hermanas a las 16.27 -y hora de salida desde esta estación a Cádiz a las 16.58-. Claro, todos los pasajeros que hacían trasbordo con dirección a Cádiz rezaban lo que sabían para llegar a la hora prevista. El tren llegó unos dos-tres minutos antes de la hora de salida del otro tren -por supuesto después de la hora fijada de llegada-, con lo que los pasajeros se dispusieron a emprender una veloz carrera. Pero cuál no sería la sorpresa de los orantes cuando la puerta del coche 1 no abre, ni por las buenas, pulsador verde de la derecha, ni con la ayuda del revisor en la parte izquierda, tanto es así que éste recomendó que buscáramos otra puerta a la carrera. En el caso de un incendio o cualquier otro siniestro, ¿qué habría pasado, señores de RENFE? Es gravísimo que una puerta de un tren no abra normalmente, ¿se han producido las inspecciones correspondientes?, ¿quiénes son los responsables de este hecho?, ¿se han exigido responsabilidades?

Ya en el andén, nuestro viajero, con la bicicleta a cuestas, emprende la carrera de su vida para cruzar el túnel que une ambos andenes de Dos Hermanas y llega segundos antes de que el tren con dirección a Cádiz salga, éste sí puntual.

La odisea que sufrió -este es el verbo- el pasajero la recordará mientras vida y tendrá de RENFE la mejor de las opiniones posibles, claro, mientras que los responsables del deplorable funcionamiento del monopolio siguen en sus puestos sin responsabilidad alguna.

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