Causa perplejidad que en plena campaña electoral ninguna fuerza política se refiera a la urgente necesidad de aumentar el número de miembros de la Policía y la Guardia Civil. El desafío de los independentistas catalanes supone, cada vez que hay previsión de graves disturbios en aquella comunidad autónoma, la retirada de efectivos de otros destinos en los que también son necesarios. Lejos de estar sobrados de policías y guardias civiles, se requieren muchos más para hacer frente a esta amenaza y otras que pudieran venir, porque el País Vasco, Valencia, o Navarra también bullen en ansías nacionalistas. Parece como si se diera en los gobiernos un cierto pudor por dotar al Estado de los medios coercitivos necesarios para el cumplimiento de la ley. Nada de eso, es urgente hoy prevenir para no lamentar mañana.