El Banco Santander proyecta una imagen de modernidad en sus oficinas que no se corresponde con la atención que recibe el cliente. Por ejemplo, oficina de la Alameda Principal en Málaga. Si usted quiere realizar cualquier operación debe identificarse en una máquina, obtener un número de orden y esperar… casi una hora para que le atiendan en alguno de los puestos que están ocupados, porque otros no lo están. Esto sucedió la pasada semana.
La tecnología tiene un buen y un mal uso, si se utiliza para eliminar algunos puestos de trabajo en detrimento de la atención al cliente no sirve a los mejores propósitos. Claro, que la tecnología puede suprimir puestos de trabajo y crear otros, y está bien que así sea, pero no a costa del cliente, que es el que da sentido a la empresa.